27 enero 2011

LOS VERDADEROS MILAGROS

Tres personas iban caminando por una vereda de un bosque: un sabio con fama de hacer milagros, un poderoso terrateniente del lugar y, un poco atrás de ellos y escuchando la conversación, iba un joven estudiante, alumno del sabio.


Terrateniente: "me han dicho en el pueblo que eres una persona muy poderosa que, inclusive, puedes hacer milagros".

Sabio: "soy una persona vieja y cansada... ¿cómo crees que yo podría hacer milagros?".

Terrateniente: "pero me han dicho que sanas a los enfermos, haces ver a los ciegos y vuelves cuerdos a los locos..... esos milagros sólo los puede hacer alguien muy poderoso".

Sabio: "¿te referías a eso?, tú lo has dicho, esos milagros sólo los puede hacer alguien muy poderoso... no un viejo como yo; esos milagros los hace Dios, yo sólo pido se conceda un favor para el enfermo, o para el ciego, todo el que tenga la fe suficiente en Dios puede hacer lo mismo".

Terrateniente: "yo quiero tener la misma fe para poder realizar los milagros que tú haces... muéstrame un milagro para poder creer en tu Dios".

Sabio: "Esta mañana ¿volvió a salir el sol?".

Terrateniente: "sí, claro que sí!!".

Sabio: "pues ahí tienes un milagro..... el milagro de la luz".

Terrateniente: "No, yo quiero ver un VERDADERO milagro, oculta el sol, saca agua de una piedra.... mira hay un conejo herido junto a la vereda, tócalo y sana sus heridas".

Sabio: "¿quieres un verdadero milagro?, ¿no es verdad que tu esposa acaba de dar a luz hace algunos días?".

Terrateniente: "sí, fue varón y es mi primogénito".

Sabio: "ahí tienes el segundo milagro.... el milagro de la vida".

Terrateniente: "sabio, tú no me entiendes, quiero ver un verdadero milagro..."

Sabio: "¿acaso no estamos en época de cosecha?, ¿no hay trigo y sorgo donde hace unos meses sólo había tierra?".

Terrateniente: "sí, igual que todos los años".

Sabio: "pues ahí tienes el tercer milagro...."

Terrateniente: "creo que no me he explicado, lo que yo quiero...." (el sabio lo interrumpe).

Sabio: "te has explicado bien, yo ya hice todo lo que podía hacer por ti.... si lo que encontraste no es lo que buscabas, lamento desilusionarte, yo he hecho todo lo que podía hacer". Dicho esto, el poderoso terrateniente se retiró muy desilusionado por no haber encontrado lo que buscaba. El sabio y su alumno se quedaron parados en la vereda; cuando el terrateniente iba muy lejos como para ver lo que hacían, el sabio se dirigió a la orilla de la vereda, tomó al conejo, sopló sobre él y sus heridas quedaron curadas. El joven alumno estaba algo desconcertado.

Joven: "maestro: te he visto hacer milagros como éste casi todos los días, ¿porqué te negaste a mostrarle uno al caballero?, ¿por qué lo haces ahora que él no puede verlo?".

Sabio: "lo que él buscaba no era un milagro, era un espectáculo. Le mostré 3 milagros y no pudo verlos.... para ser rey primero hay que ser príncipe, para ser maestro primero hay que ser alumno... no puedes pedir grandes milagros si no has aprendido a valorar los pequeños milagros que se te muestran día a día. El día que aprendas a reconocer a Dios en todas las pequeñas cosas que ocurren en tu vida, ese día comprenderás que no necesitas más milagros que los que Dios te da todos los días sin que tú se los hayas pedido".

EL CORAZÓN DE JESUS, MI FIEL CONSEJERO

VOZ DEL CORAZÓN DE JESÚS AL ALMA

Aprended de mi, que soy dulce y humilde de Corazón (Mt. XI)

SÉ DULCE

I) Dulce para con Dios
Viviendo bajo su mirada paternal, y como en un hogar o centro, en que todas las cosas están colocadas por una Providencia llena de solicitud.
No prepara una madre el cuarto, en que su hijo ha de pasar el día, con más cuidado que Dios prepara cada hora que pone delante de mí.
Lo que se presenta que hacer, quiere que yo lo haga, y tengo para hacerlo bien todo cuanto necesito de tiempo, de inteligencia de aptitud, de saber.
Lo que se presenta que sufrir quiere que yo lo sufra, aun cuando entonces no sepa la razón de ello; y si el dolor me arranca una queja, me dice: Ánimo, hijo mío, que soy Yo quien lo quiere.
Lo que me detiene en mi trabajo y lo que me contraría en mis proyectos, Él lo pone expresamente, porque ve que el demasiado éxito me haría vanidoso, o la demasiada felicidad me haría sensual, y me hace comprender que no es el éxito el que lleva al cielo, sino la buena voluntad y el trabajo.
Así, ante estos pensamientos, ¡cómo se apagan las pasiones! ¡Cómo el trabajo que empieza, se interrumpe, se vuelve a tomar, y se acaba con paz!
De este modo son rechazados con energía estos enemigos, que a todas horas nos asedian: la pereza, la impaciencia, la preocupación del éxito, el disgusto a causa de las dificultades.
A veces viene el pasado a atormentarme por el resultado triste de tantos años lejos de mi buen Jesús.
Oh!, sin duda hay en mi corazón una impresión muy viva de confusión y de pesar; pero ¿porqué perder la paz? ¿No me ha dicho Dios por boca del sacerdote depositario de su poder: yo te perdono? ¿No he hecho lo que me pedía; confesión sincera, sumisión completa; y no estoy pronto a hacer todo lo que me pidiera en su nombre aquel a quien ha confiado mi alma?
El porvenir, a su vez, trata de asustarme –Sonrío ante estos desvaríos de mi imaginación: ¿es que Dios no está encargado de mi porvenir?
¡Que lo que sucederá mañana, dentro de diez, de veinte años, ¿no está preparado por Dios? ¿Y tendré miedo de que esto no sea bueno para mí? ¡Oh, Dios mío, haced de mí en lo sucesivo según vuestra voluntad!

II) Dulce para los sucesos
Los sucesos son los mensajeros de la bondad, o de la justicia divina. Cada uno de ellos tiene una misión que llenar cerca de mí; y esta misión que ha recibido de Dios, ¿por qué no dejar que se cumpla en paz?
Penosos, dolorosos, desgarradores, los sucesos no son más que lo que Dios permite que sean.
Enfermedades, malevolencia, pérdidas de fortuna, separaciones, olvido de la amistad, menosprecio, mal éxito, humillaciones... Dios los ha permitido todos. Y cuando hayan cumplido su misión, pasarán. Y mi alma, si ha conservado la mansedumbre, quedará más pura y santa.
Míralos pasar con un poco de espanto acaso, y con un sentimiento bien natural de temor –los santos sonreían ante ellos a través de sus lágrimas–, pero no permitir jamás que arrebaten la más pequeña parte, ni de mi confianza, ni de mi resignación.
Ser dulce para los sucesos, no es esperarlos con firmeza estoica, que es un efecto del orgullo, ni obstinarse contra ellos reprimiendo todo genio, ¡no!
Dios permite prevenirlos, alejarlos, huirlos, si es posible, buscar consuelo para ellos, o al menos dulcificarlos.
Y este buen Padre, al mismo tiempo que los envía como mensajeros de justicia, envía los medios de hacerlos soportables, y a veces, de evitarlos.
Medicinas en la enfermedad. Amistad en los penas del corazón. Consuelos en el abatimiento. Lágrimas en los dolores. Dios es el que ha permitido todo esto, y Él, previendo que acaso yo no sabría encontrarlo, ha dado orden a almas privilegiadas de amarme, de consolarme, de animarme, de servirme, y les ha dicho: «Lo que hagáis al más pequeño de los míos, lo miraré como hecho a Mí».

III) Dulce para con los demás
Ceder, doblegarse, retirarse un poco, dejar hacer, he aquí la conducta ordinaria que debe seguirse con los miembros de la familia y con los que llamamos nuestros amigos.
Cuanto más les dejes facilidad de hacer lo que crean bueno; cuanto más abundes en el sentimiento que ellos tienen de su importancia; cuanto más te ocultes para dejar libre el camino que quieran seguir, más te dejarán la paz y la facilidad de serles útil. Es admirable cómo las personas a las que no molestamos, nos abren su alma.
No te ocupes demasiado al ver las acciones de tus amigos en sus pequeños detalles, ni en los motivos que les impelen; si su manera de proceder no es delicada, tu afecta no comprenderlo, o piensa que se han equivocado.
Un medio seguro para combatir la antipatía que sentimos contra alguno es hacer por él algo bueno todos los días, y el medio de disipar la antipatía que alguno siente contra nosotros, es decir de él algo bueno todos los días.
¿Son malos los que te rodean? Toma precauciones sin dudad, pero permanece en paz; no te harán daño, sino hasta el grado que Dios quiera.
El que pone un freno al furor de las olas, sabe también contener los designios de los malos.

IV) Dulce para contigo mismo
Ser dulce consigo, no es lisonjearse, permitirse todo, excusarse en todo, sino animarse, levantarse, fortificarse.
Animarse durante el trabajo monótono, cansado, ingrato: «Dios quiere que lo haga y me ve. –Este trabajo ocupa mi inteligencia, perfecciona mi alma, aleja el mal».
Animarse en las tristes horas de completo decaimiento; cuando nadie piensa en nosotros, cuando nadie nos manifiesta la menor señal de simpatía: ¿qué, no te basta hacer tu deber? –Dios no quiere más que esto de ti, y este deber te llevará al Cielo.
Levantarse después de una caída, una falta, una falta humillante, una debilidad que aterra: pero levantarse caritativo. «Vamos, pobre alma mía, esto no es nada»; Tienes un buen padre y un Señor generoso. –Conságrate, humíllate a Él, y en tanto que obtienes el perdón del sacerdote, vuelve a tomar tu vida con la misma actividad.
Fortalecerse contra el abandono contra la desanimación, contra el olvido de los otros.
Se fortalece con la oración ante el Sagrario, que alegra nuestra alma; y el trabajo que da reposo al espíritu.
Se levanta con la confianza en Dios, nuestro Padre, y con el agradecimiento a sus inmensos beneficios.
Estos remedios están siempre a mi alcance.

SÉ HUMILDE

I) Humilde para con Dios

a) Permaneciendo habitualmente delante de Él como un niño, o más bien como un pobre que pide, que ama, que espera, que sabe que nada se le debe, pero que sabe también que, hora por hora, a medida que lo necesite, Dios bondadosísimo, pondrá en él cuanto le haga falta y algo más.
Vive en paz bajo esta paternal providencia: cuanto más te sientas pequeño, débil, humillado, impotente, desgraciado por tu falta, más derecho tendrás a la piedad y al amor del Señor.
Únicamente reza bien; que tu oración sea piadosa, y un poco lenta, dulce, y llena de esperanza. El pobre no tiene más que la oración que le pertenezca; pero esta oración, cuando sube hasta Dios, humilde y suplicante, ¡oh!, ¡cuán benignamente es escuchada!
No tengas muchas oraciones variadas; que el padrenuestro suba o menudo de tu corazón a tus labios. Complácete en repetir lo que el mismo Jesús nos enseñó para obligarse en cierto modo a no rechazarnos jamás.

b) Mírate también como a un servidor asalariado, a quien Dios ha ajustado, y a quien ha prometido una magnífica recompensa al fin de esta jornada, que se llama vida eterna, y ponte cada mañana a su disposición para hacer «cuanto y como Él quiera, y con los medios que juzga a tu alcance»
El trabajo de cada día no te será mandado directamente por el Señor (sería demasiado dulce obedecer directamente a Dios mismo), sino por los enviados del Señor. Estos enviados se llaman superiores, iguales, inferiores, y hasta enemigos. Cada uno de ellos ha recibido orden, aunque él no se dé cuenta de ello, de santificarte; el uno doblegando tu amor a la independencia, el otro aguijoneando tu dejadez.
Cumple, pues, tu deber como puedas, como sepas, como se te mande; de tiempo en tiempo di a Dios: ¿estáis contento, Señor? Y a pesar del tedio, a pesar de la fatiga, a pesar de la repugnancia, continúa hasta el fin.

II) Humilde para con los otros
Repite con frecuencia estas palabras de la Santísima Virgen: He aquí la esclava del Señor; o estas otras de Jesucristo: Yo no he venido para ser servido, sino para servir, y obra con todos los que te rodean como si realmente estuvieras a su servicio ayudándoles, escuchándoles, estando casi confuso de lo que hacen por ti, y mostrándote siempre feliz cuando te mandan alguna cosa.
¡Oh, si tú supieras lo que todas estas palabras valen de méritos para el Cielo, de alegría y de paz sobre la tierra, ¡cuánto las amarías!
¡Oh!, si tomases de ellas la regla de tu conducta, ¡cuán feliz serías y cuanto más felices harías a los demás!
Feliz por el testimonio de tu conciencia, que te diría: Has hecho lo que habría hecho Jesucristo.
Feliz por el pensamiento de la recompensa prometida al que da un vaso de agua en nombre de Jesucristo.
Feliz, en fin, por la seguridad de que Dios hará por ti lo que tú hayas hecho por los demás.
¡Oh! ¿qué importaría entonces la ingratitud, el olvido, el mal éxito y el menosprecio mismo? Lo sentirías, pero no podrían jamás entristecerte.
¡Preciosos consejos inspirados por el Corazón de Jesús, yo os bendigo por el bien que me habéis hecho! A menudo, lo prometo, vendré a volver a leerlos al pie del altar, arrodillado delante de la Santa Eucaristía
¡Virgen Santísima!, ¡Madre mía!, que esclavo tuyo, todo lo quiero según tu querer, manda a tu siervo. Ilumina mi entendimiento para que conozca mi pequeñez, mueve mi corazón a la imita­ción de la dulzura y mansedumbre del tuyo, dirige mis pasos por los caminos del Señor, a la segura posesión de su amor en el cielo. Así sea.

Consagración al Corazón de Jesús

¡Corazón divino de Jesús, Rey de amor! Por medio de la Sma. Virgen nuestra Madre, me consagro sin reserva a Ti, poniendo a tu disposición y bajo tu amparo mi alma, cuerpo, familia, obras, asuntos, todo cuanto soy y poseo. «En Ti confío», «cuida Tú de mi y de mis cosas».
Yo, como deseas, «cuidaré de Ti y de las tuyas», haciendo cuanto pueda por que reines en el mundo.

Con la oración: pidiendo muchas veces al día «¡Venga a nos tu reino! »,

Con las acciones: cumpliendo lo mejor posible mis deberes, aceptando y ofreciéndote «porque reines» todas mis penas, sacrificios y trabajos.

Con la propaganda: trabajando para que te conozcan, te amen y se consagren a Ti muchos almas, especialmente mi familia y amigos.

Te prometo: recibirte y visitarte con frecuencia en la Eucaristía, sobre todo los Primeros Viernes de mes, para desagraviarte por las ofensas e ingratitu­des con que tantas veces correspondemos a tu amor.

Concédeme vivir unido a Ti y en tu Corazón exhalar mi último suspiro. Amén.

10 enero 2011

Testimonio del 7 de enero del 2011

Otro día 7 en el que Santa María del Espíritu Santo nos estuvo bendiciendo en su plaza, la plaza de las apariciones, el Lugar de Encuentro con Dios, como Ella la llamó en numerosos mensajes a Marcia.

Mes a mes vamos logrando que lo sea... vamos logrando encontrar a Dios en el silencio... vamos logrando de gustar ese Amor único de Madre de Dios y Madre nuestra... vamos logrando encauzar nuestra Fe, muchas veces teñida de elementos extraños que no le son esenciales... vamos logrando que sea Jesús el Rey de nuestros corazones y de nuestros sentidos.

Comentó Alicia María ( peregrina de la plaza ) en nuestra página de facebook: " Estuve el 7 de enero en la plaza que La Madre eligió para hacerse presente, es imposible explicar lo que se siente, ese respeto por todo lo sagrado, ese silencio comunicativo y conmovedor. Y como si fuera poco sentir la presencia de ella. Ver de manifiesto la danza del sol.Madre te amamos y nos sentimos profundamente agradecidos que elijas nuestra diócesis para hacerte presente."

Al mediodía, quienes vivimos por la zona, ya fuimos llamados a peregrinar a Lanús desde un cielo adornado por un halo solar gigante. El mismo fenómeno se produjo apenas desde los micrófonos se nos convocó a iniciar el rezo del Rosario.



COMPARTIMOS MÁS IMÁGENES DEL 7/01/11, JUNTO CON ESTAS HERMOSAS "PLEGARIAS BÍBLICAS" A LA VIRGEN MARÍA.

Salve ¡Oh llena de gracia! El Señor es contigo: bendita tú entre las mujeres.

¡Oh María! Hallaste gracia delante de Dios: el Espíritu Santo vino a ti, la virtud del Altísimo te cubrió con su sombra, y por esto es Hijo de Dios, el Santo que de ti nació, a quien pusiste por nombre Jesús.


Tu alma glorifica al Señor y tu espíritu está transportado de gozo en la humildad de su esclava, y el Altísimo ha bendecido tu tabernáculo.


Bendito es el fruto de tu vientre y bienaventurada te dicen todas las generaciones. Porque ha hecho de ti grandes cosas Aquel, que es poderoso, santo su Nombre, y cuya misericordia se extiende de generación en generación sobre los que le temen.


Gloria a Dios en lo más alto de los cielos y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad. La Virgen profetizada por Isaías, concibió del Espíritu Santo, y tuvo un hijo que habitó con nosotros, y de Belén, la pequeña, vino el Cristo pronosticado por Miqueas el cual existe desde el principio, desde los días de la eternidad.


Tu quebrantaste la cabeza de la serpiente.


Tu eres el renuevo del tronco de David, del cual se elevó la flor cantada por el profeta.


Tu recibes alabanza de la muchedumbre de los escogidos y eres la bendita entre los benditos.



Elevada estás cual cedro sobre el Líbano y cual ciprés sobre el monte de Sión.


Tú, la torre de David ceñida de baluarte.


Tú la rosa de Jericó.


Tú el lucero de la mañana entre tinieblas.


Tú, la nube que nos guía a la patria prometida y la columna de fuego que ilumina las noches de nuestra peregrinación en el desierto de la vida.


La nube fecundante del Carmelo, que puso término a la desolación de la tierra y la nube ligera que entró en Egipto llevando al Señor, y a su presencia, se conturbaron los ídolos de Egipto.


Despides fragancia como el cinamomo y el bálsamo aromático. Exhalas suave olor como mirra escogida. Bálsamo derramado es tu nombre.


Tú eres la madre del amor hermoso y del temor y de la ciencia y de la santa esperanza.


Los que se guían por ti, no pecarán, y los que te enaltecen obtendrán la vida eterna.



Tú eres la flor del campo y el lirio de los valles; como azucena entre espinas, así eres entre las vírgenes.


Toda eres hermosa: no hay defecto alguno en ti.


Huerto cerrado eres; huerto cerrado, fuente sellada.


Hermosa eres y llena de dulzura: bella como la luna, brillante como el sol.


Bendito sea el Señor, Creador del cielo y de la tierra, porque ha hecho tan célebre tu nombre, que no cesarán jamás de publicar tus alabanzas cuantos conservaren en los siglos venideros la memoria de los prodigios del Señor.



Bendita tú eres de Dios en todos los tabernáculos, pues en todas las naciones que oyeron mentar tu nombre, será glorificado por causa de ti el Dios de Israel, y se hará memoria de ti en toda la serie de los siglos.




05 enero 2011

LA VIRGEN MARÍA NOS VISITA

Cuando una persona muy importante está por llegar a un lugar, los diarios, la radio, la televisión, nos cuenta quién es, para que sepamos valorarla y recibirla.

La Virgen María es:

- La mujer que cuando apenas era una muchacha, Dios llamó para que fuera Madre de Cristo, Hijo de Dios, que vino para abrirnos a todos el camino para llegar a la casa del Padre del Cielo.
Desde entonces, los esfuerzos, trabajos, alegrías, la misma vida tomaron un nuevo sentido.
33 años junto a Jesús con Su Corazón abierto al Evangelio.
Jesús mismo le enseñó lo que quería de Ella: que sea Madre y Colaboradora en la Salvación de todos. Y esa misión se la confió al morir, cuando estaba en la Cruz.

- La mujer a quien un Ángel le trajo el mensaje de Dios. (San Lucas 1, 26 y ss.)
- La mujer a quien la obra de Dios le desbordó el corazón de alegría. (San Lucas 1, 46 y ss.)
- La mujer que nos entregó al Hijo de Dios en sus brazos. (San Lucas II, 1 y ss.)
- La mujer que le pidió a Jesús que nos ayudara (San Juan II, 1 y ss.)
- La mujer que acompañó a Cristo a morir en la Cruz. (San Juan XIX, 25-27)
- La mujer que estaba con los apóstoles cuando llegó el Espíritu Santo. (Hechos II, 1 y ss.)
- La mujer que con el Señor venció a la serpiente del mal. (Apocalipsis XII, 1-10)
- La mujer que reina en la vida, y junto a Cristo resucitado dirige la historia. (Apocalipsis 12, 1)

Ahora que sabemos quién es María, preparemos nuestra casa, nuestros corazones, en la Reconciliación, para recibirla. Es una visita muy importante, por eso también tiene que estar nuestra familia, amigos y vecinos, ya sea física o espiritualmente.
Este 7 de enero la Virgen María nos espera a todos en el Lugar de Encuentro con Dios, un lugar santo y santificante, pues allí Ella, junto a Su amado Hijo Jesús y el Espíritu Santo, obran maravillas en nuestras vidas, para Gloria de Dios.

Porque es nuestra MADRE
¿Es acaso extraño que mamá nos visite?
Toda la familia vive la ALEGRÍA de la presencia maternal.

Ella quiere darnos ALEGRÍA:
en nuestro amor
en nuestra fe
en nuestra actitud de AMIGOS de todos
y de todas las familias de nuestros barrios.

Ella quiere UNIRNOS más en el AMOR:
a los esposos
a padres e hijos
entre hermanos y los demás familiares
con toda la gente,
para que nuestra familia de al mundo en que vivimos:
PAZ, UNIDAD, AMOR.

Y ELLA puede hacerlo porque nos trae a JESUS:
para que nos bendiga
para que este presente en nuestro hogar
para que haga más fuerte nuestra FE,
nuestra ESPERANZA y nuestro AMOR.

Entonces, ¡BIENVENIDA, MADRE DE NUESTRA FAMILIA! ESTA ES TU CASA. ¡ESTE, MI CORAZÓN, ES TUYO!

7 DE ENERO DE 2011 EN LA PLAZA AUYERO DE LANÚS ESTE, CALLE GRAL.ARIAS ENTRE SANTA Y CÓRDOBA -LUGAR DE ENCUENTRO CON DIOS- (No hay horarios. Consagramos el día completo a María y la visitamos en la medida que nuestras obligaciones lo permiten, pues Ella siempre escuchará nuestras oraciones y otorgará Gracias. Durante el encuentro se realizará la Misa, rezo del Santo Rosario, Adoración al Santísimo, se entregarán los pétalos con Su bendición, estampas y agua bendita).
                Foto sacada por una peregrina con su celular, apuntando a la danza del sol, el 07/11/09