20 junio 2011

TESTIMONIO SOBRE APARICIÓN DE LA VIRGEN EL 7 DE MAYO PASADO.

Extraemos, para compartir, este testimonio publicado en el foro oficial del Cenáculo de Santa María el Espíritu Santo en virgendelanus.mforos.com:

Después de haber tomado contacto con ustedes los miembros del cenáculo, en enero último, para contarles lo que nos había ocurrido a mi esposo y a mí el 7 de noviembre 2010, en la plaza Auyero de Lanús ( Este llamado “ Lugar de encuentro con Dios” ) y para que quede asentado nuestro testimonio fehaciente del mensaje visual con secuencia de imágenes que nos mostró Santa María del Espíritu Santo, nuevamente les mando esta carta a fin de narrarles y pedirles que tenga la gentileza de adjuntar mi nuevo testimonio al expediente que concierne el caso de la Virgen de Lanús y que sin duda estará comunicado y transferido al Vaticano para su estudio por la comisión correspondiente.

El siguiente hecho ocurrió el 7 de mayo 2011, es decir el mes pasado. Como de costumbre desde hace más de un año, vamos a visitar a Nuestra Madre Celestial en esta precisa fecha.

Llegamos a la plaza unos 15 minutos antes de la misa, escuchamos algunos consejos de catecismo y luego, a las 17 horas en punto, nos pusimos de rodillas y en un silencio estremecedor rezamos con fervor para desearle la bienvenida a la Virgen María, que a partir de esta hora se hace presente entre nosotros.
Al ratito rezamos en grupo una oración porque el inicio de la Misa se atrasó no estando presente o listo el Padre Jorge, sacerdote encargado de la comunidad que se reúne en la plaza el 7 de cada mes.
De cualquier manera, por una razón desconocida en ese momento, yo que habitualmente me concentro en la oración y la Misa, sentí desde las 17 horas en punto, la absoluta necesidad de mirar al sol y al cielo alrededor del mismo.

Mi esposo, ubicado a mi derecha y consecuentemente detrás mío cuando di vuelta hacia la izquierda para ver el sol, me contó luego que, viéndome tan cautivada por esta porción del cielo, el también se puso a prestar atención en esa dirección.
El atardecer era bastante nublado, con numerosas nubes más bien chiquitas, de forma estirada y, que sin tapar el sol, hacía que la luz del mismo fuese bastante tenue.
Ubicados del lado derecho de la plaza si uno tiene como punto de referencia el altar, mi esposo y yo teníamos que girar la cabeza hacia la izquierda para observar el sol; alrededor nuestro los otros fieles y cerca de mí, a mi izquierda: una señora sentada en un banquito llevando una tarjetita plastificada en el pecho y un paso mas delante de esta última: otra señora sentada también en otro banquito (preciso estos detalles a fin de corroborar /consolidar mi testimonio).

Sin que mis oídos dejaran de registrar todo lo que ocurría, mientras tanto, no dejaba un instante de mirar al sol; mi atención visual se concentraba únicamente en esa porción del cielo, a tal punto que deduje que el Padre Jorge había llegado porque reconocí su voz a través de los altoparlantes y supe que iba a comenzar entonces la Misa.

Calculo que la Santa Misa se inició alrededor de las 17 horas y 10 minutos y apenas después de los 2 primeros minutos del inicio, esa porción del cielo alrededor del sol cambió su aspecto.

Detrás de las nubes grises y pálidas que cercaban al sol, se produjo un resplandor vibrante. Para explicarme mejor diría que al igual que cuando se produce un relámpago, la luz que justo después aparece muestra vibraciones de intensidades diferentes… así ocurrió pero sin el flash del relámpago: por detrás las nubes se alumbraron con una luz que venía desde más lejos y acercándose a gran velocidad.

De repente esta porción del cielo quedo de color rosa fuerte, pero no tan intenso ni de matiz fucsia, porque se podía apreciar por transparencia las nubes ahí presentes. Tomando como punto de referencia el sol y frente a éste, de su lado derecho, se presentaba una gran superficie del cielo pintada de color rosa, sin embargo el lado izquierdo también había tomado color pero sin tanta extensión.

Si en el primer mensaje visual que había visto el 7 de noviembre 2010 todas las imágenes vistas en secuencia mostraban trazos gruesos y bien definidos como dibujados a mano, esta vez el color rosa parecía natural sin delimitaciones marcadas.

Entonces, la señora sentada a mi izquierda y un paso adelante empezó a preguntar en voz alta si la gente presente veía la misma cosa que ella, es decir: preguntó si veíamos que el cielo se había pintado súbitamente de color rosa y agregó: “porque luego uno cree que se confundió y que lo que vio no fue real”.

Sin dejar un solo instante de observar esa porción del cielo, personalmente respondí que si y escuché que otras personas le daban la misma respuesta.

Fue entonces cuando el sol que presentaba una luz más bien tenue en comparación a la luz que llegaba desde muy atrás y desde lo profundo del cielo, empezó a ponerse más y más blanco. Miraba con suma atención el desarrollo de los acontecimientos y me fijaba, sobre todo, en la progresión de los matices del blanco e intensidades de la luz.

Y entonces pude percibir una silueta.

Exclamé en voz alta, pero sin gritar y la señora que estaba ubicada justamente a mi lado izquierdo y mas cerca mío me contestó: “Si, mi amor”, confirmando así, que ella también veía una silueta.

Sabiendo que mi esposo se encontraba detrás, sin girar mi cabeza ni hacer ningún comentario, moviendo mi mano derecha hacia atrás agarré un pedazo de tela de su pantalón y lo sacudía a fin de avisarle que mirara del mismo lado que yo, para que observe el rarísimo evento que se estaba desarrollando bajo nuestros ojos, para que pueda disfrutar de algo tan inesperado como es la aparición de Nuestra Madre . Y también para que más tarde pudiéramos compartir y comparar lo que cada uno de nosotros había visto y así corroborar todos los detalles de la aparición.

A los pocos segundos siguientes escuche un rumrúm a mi alrededor, muy cercano pero no de una muchedumbre importante, por lo cual deduzco que fue chico el círculo de fieles que hablaba o comentaba, mientras personalmente no dejaba de observar un solo instante lo que ocurría.

Y entonces tuve la más inesperada de todas las Gracias: finalmente APARECIÓ LA VIRGEN MARÍA y entonces, PUDE VERLA CON MIS PROPIOS OJOS.

Lucía ser una mujer joven, de unos 25 años. Estaba ubicada a una altura bastante elevada en el cielo. Con la perspectiva no lograba distinguir sus pies, una neblina blanca los cubría.

Estaba ubicada en el medio del sol, sin embargo como éste no se encontraba justo en el medio de la plaza frente al altar, pude notar que podía observar a la Virgen María muy levemente de costado, muy poco, apenitas más de su lado izquierdo que del derecho.

Ella: vestida totalmente de blanco, de un blanco más blanco que el sol mismo, con un vestido de tela con pliegues anchos, un vestido largo y ceñido a la altura de la cintura. Su cabeza cubierta por un velo también blanco, que tapaba cada uno de sus hombros, se deslizaba hacia atrás en dirección de la espalda y terminaba confundiéndose con su vestido.

No pude ver si Nuestra Señora tenía el pelo largo, pues este velo dejaba ver únicamente en su frente su pelo castaño oscuro, el resto del pelo estaba oculto por debajo de dicho velo.

Su apariencia lucía de lo más simple y de lo más natural, su cabeza no llevaba corona, ni mostraba una aureola de estrellas. Si bien, dado la altura desde donde nos miraba a todos, no podría describir el color de sus ojos, vi su rostro de líneas puras que manifestaba una serenidad imperturbable.

Nuestra Madre Celestial tiene una belleza sin igual, demuestra una majestuosidad indescriptible.

Su rostro era serio, Ella no sonreía, pero de su expresión facial emanaba una paz profunda.

Ella estaba entonces de pie, con una postura bien recta y desde la altura donde estaba ubicada en el sol y en el cielo, para mirarnos a todos nosotros sus “hijitos” reunidos en “el Lugar de Encuentro con Dios”, tuvo que lenta y majestuosamente inclinar su cabeza hacia abajo.

Luego desde los costados de su cuerpo Ella levanto suavemente sus antebrazos a la altura de su cintura y los abrió con una amplitud media y con las manos dirigidas hacia arriba como para recibirnos y acogernos entre sus brazos.

Ella nos miraba con detenimiento y con tranquilidad.

Pude notar entonces que sobre su ropa y a la altura del pecho y del lado izquierdo aparecieron 2 manchas juntas, una de color celeste y la otra de color rosa, pero no logre distinguir formas precisas dada la altura desde donde la Virgen María nos contemplaba.

De repente desaparecieron estas 2 manchas de color en su pecho, todo lucía tan blanco que durante un segundo pareció que Ella se había ido también, pero al instante nuevamente la vi vestida totalmente de blanco y de manera muy nítida con su silueta perfectamente destacada de la luz del sol y sobresaliendo del mismo. Y con una actitud paciente y un rostro de profunda serenidad.

¡¡¡ Su alteza la Reina del Universo !!!

De repente pude notar que detrás de Ella se estaba formando como un túnel sin delimitaciones de pequeñas nubes redondas tipo cúmulus nimbus con bordes grisáceos y de color beige tan apretadas entre si que se encimaban unas con otras y no dejaban ver un solo centímetro de cielo, por la perspectiva que mis ojos podían evaluar se evidenciaba que este túnel tenia mucha profundidad hacia lo alto de los Cielos.

Ella estaba ahí con su cabeza inclinada observándonos a todos los que nos encontrábamos en la plaza y con una presencia física todavía mas consistente porque este túnel de nubes ubicado detrás de Nuestra Madre y de un tono mas contrastante que la luz del sol la hacia ver todavía mas en relieve.

Fue entonces cuando en un segundo Ella desapareció totalmente como también este túnel de nubes. Ella se había ido y así se terminó la aparición que calculo duró aproximadamente unos 3 minutos :desde el principio con el cambio de color de las nubes alrededor del sol para anunciar su llegada (1 minuto), hasta su partida.

Su presencia física, es decir su aparición en persona, duró unos 2 minutos. Luego como ya se venía el atardecer, paralelamente al horizonte, y siempre mas del lado derecho del cielo, se pudieron apreciar voluminosas nubes de color rosa muy intenso.

Mientras tanto se seguía desarrollando la Misa.

Giré mi cuerpo y miré en dirección al Altar, pregunté muy bajito a mi esposo si el había visto algo sin precisar nada. Consintió y dijo que lo íbamos a comentar luego entre nosotros, como para poder comparar y verificar si habíamos visto los mismos acontecimientos.

Cuando se terminó la Misa, la señora que se encontraba más cerca, a mi izquierda, me saludo para despedirse y me dijo al oído “Hemos sido bendecidos”. Yo sólo levanté el pulgar derecho para consentir.

Evidentemente, más tarde ,en la tranquilidad de nuestro hogar nos interrogamos mutuamente y todos y cada uno de los detalles coincidieron salvo las dos manchas celeste y rosa que yo había notado en el vestido de la Virgen María.

Quiero precisar también que a lo contrario de mi testimonio anterior no percibí ningún otro mensaje visual ni tampoco he escuchado ninguna eventual locución interior: sin embargo tanto mi esposo como yo, después de la aparición y casi durante todo el tiempo restante de la Misa pudimos sentir el olor inconfundible a incienso con una intensidad penetrante y duradera. Ya el 7 de enero último en la plaza habíamos podido oler y disfrutar durante unos pocos minutos, pero de manera muy intensa, el perfume de rosas que manifiesta la presencia física de Nuestra Mamá Celestial cuando se encuentra cerca nuestro. Claro está que no nos encontrábamos para nada cerca de los canastos de rosas ofrecidas ni tampoco había incienso prendido durante la Misa del mes de mayo; sólo se usó al final, cuando el sacerdote circuló entre los fieles para exhibir el Santo Sacramento.

Este 7 de junio nuevamente fuimos a la plaza. Personalmente pude charlar con uno de los sacerdotes presentes que también estaba el 7 de mayo. Le comenté que habíamos visto a la Virgen María el mes anterior durante su aparición y él me informó que eran varias las personas que la habían visto también. Y que entonces habíamos recibido esta excepcional bendición.

Desde entonces cada día que pasa sigo agradeciendo a Santa María del Espíritu Santo por este regalo inestimable, un obsequio que uno nunca en su vida puede pretender recibir: es aún mas inconmensurable e inesperado cuando todos sabemos que sólo los santos, los videntes elegidos reciben esta Gracia de poder mirarla.

Las apariciones de la Virgen María son habitualmente destinadas a unas pocas personas determinadas, generalmente en un ambiente privado, o de vez en cuando en un lugar público, como le ocurrió a la joven Marcia en la plaza Auyero. Pero siendo aún personal (sin que los fieles alrededor de la vidente puedan ver la presencia física de Nuestra Señora).

Este 7 de mayo 2011 fuimos entonces varios los testigos de su aparición y de su real presencia física, simples y humildes fieles recibiendo esta Gracia jamás anhelada en el mejor de los sueños de toda la vida.

Nuestra Madre cumple con su palabra: llega, viene, se queda, está en persona en la plaza, nos mira, nos contempla, nos acoge entre sus brazos, nos cuida y nos mima con su Presencia. Seámosle fieles, perseverantes, obedientes y agradecidos.

Nuevamente dirijo mis mas cálidos agradecimientos a la joven Marcia y a todos los miembros del Cenáculo que son siempre tan serviciales y humildes.

¡¡¡ Que Dios los bendiga a todos !!! Nos veremos el próximo 7 …

PD : Como anteriormente, si ustedes estiman que mi testimonio es valioso para la comunidad y lo exponen en el foro de la Virgen de Lanús, les pediría amablemente al Cenáculo no publicar en la red Internet ninguno de mis datos personales.

A su entera disposición
C.L. y R.M.


(Algunas imágenes tomadas por los autores de este blog, que coinciden con los signos relatados por C. L. Y R.M. )

DESDE LAS 16 HS. EL CIELO SE MOSTRÓ DE ESTA MANERA, CON UN TIEMPO FRESCO.


A LAS 17 HS., MOMENTO EN EL QUE RECIBIMOS A LA MADRE, COMENZÓ UN RESPLANDOR BLANCO:


EL CIELO SE PUSO TOTALMENTE BLANCO UNOS MINUTOS Y SE SINTIÓ CALOR ( COMIENZO DE LA MISA ):


SECUENCIA DE FOTOS, UNOS MINUTOS DESPUÉS ( PRIMERA MEDIA HORA DE MISA ):






QUE MARÍA SANTÍSIMA DEL ESPÍRITU SANTO NOS ABRIGUE CON SU MANTO AZUL Y NOS ACERQUE MÁS A NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.

10 junio 2011

TESTIMONIO DEL 7 DE JUNIO DE 2011

DÍA EN EL QUE REALIZAMOS ESTE ACTO DE CONSAGRACIÓN DE LA PLAZA Y DE TODOS LOS PEREGRINOS A SANTA MARÍA DEL ESPÍRITU SANTO, CON LA ANUENCIA DEL DELEGADO DEL OBISPADO DIOCESANO.

Santa María del Espíritu Santo:
Tú que pediste que esta plaza
sea un lugar de oración
y de encuentro con el Dios vivo,




hoy, todos los convocados por ti en este lugar
te proclamamos Madre y Señora de esta Plaza.
Y de todos los que nos reunimos aquí.




Santa María del Espíritu Santo:
nos consagramos a ti y con tu ayuda
nos consagramos al Espíritu Santo,
como lo hiciste Tú,




para que Él sea nuestro guía y nuestro defensor.
Queremos ser dóciles a sus inspiraciones
para que se cumpla en nosotros
toda la voluntad de Dios.




Por eso, en el nombre de tu hijo Jesucristo
cortamos y anulamos toda interferencia
del maligno enemigo.
Y sellamos esta Plaza, a la que llamaste
Lugar de Encuentro con Dios,
y nuestras personas,
con su preciosísima Sangre.
Amén.



03 junio 2011

7 DE JUNIO EN LA PLAZA DE LAS APARICIONES

NUBE ROSADA

Les recordamos, que el Cenáculo de Santa María del Espíritu Santo llevará a la Plaza reliquias del Beato Papa Juan Pablo II, para su veneración. Como cada día 7, será un día en el que recibiremos abundantes Gracias por intercesión de la Madre de Lanús.
Nos encontramos allí. Nos encontramos en la Oración.