30 abril 2010

1° DE MAYO: SAN JOSÉ // DÍA DEL TRABAJO



CADA 1° DE MAYO, LOS CRISTIANOS CELEBRAMOS A SAN JOSÉ, PROTECTOR DE LA IGLESIA UNIVERSAL Y MODELO DE PADRE TRABAJADOR. CIVILMENTE, ADHERIMOS A LOS FESTEJOS DEL DÍA DEL TRABAJO, VERDADERO SÍMBOLO DE LA DIGNIDAD HUMANA.

«En la doctrina social de la Iglesia ocupa un lugar importante el derecho a un trabajo digno. Por esto, ante las altas tasas de desempleo que afectan a muchos países americanos y ante las duras condiciones en que se encuentran no pocos trabajadores en la industria y en el campo, ‘es necesario valorar el trabajo como dimensión de realización y de dignidad de la persona humana. Es una responsabilidad ética de una sociedad organizada promover y apoyar una cultura del trabajo’»(Ecclesia in América 54).

CLICK AQUÍ, PARA ACCEDER AL TEXTO COMPLETO DE DE LA EXHORTACIÓN APOSTÓLICA “ECCLESIA IN AMÉRICA”.



• «En el contexto del Tercer Mundo conservan toda su validez —y en ciertos casos son todavía una meta por alcanzar—los objetivos indicados por la Rerum Novarum, para evitar que el trabajo del hombre y el hombre mismo se reduzcan al nivel de simple mercancía: el salario suficiente para la vida de familia, los seguros sociales para la vejez y el desempleo, la adecuada tutela de las condiciones de trabajo» (Centesimus Annus 34).


CLICK AQUÍ, PARA ACCEDER AL TEXTO COMPLETO DE DE LA ENCÍCLICA “RERUM NOVARUM”.



• «Los "pobres" se encuentran bajo diversas formas; aparecen en diversos lugares y en diversos momentos; aparecen en muchos casos como resultado de la violación de la dignidad del trabajo humano: bien sea porque se limitan las posibilidades del trabajo —es decir por la plaga del desempleo—, bien porque se deprecian el trabajo y los derechos que fluyen del mismo, especialmente el derecho al justo salario, a la seguridad de la persona del trabajador y de su familia» (Laborem Exercens 8).

CLICK AQUÍ, PARA ACCEDER AL TEXTO COMPLETO DE DE LA ENCÍCLICA “LABOREM EXERCENS”.

http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_14091981_laborem-exercens_sp.html


Finalmente, debemos señalar que la Iglesia en su Encíclica del Papa Juan Pablo II “Laborem Exercens” promulgada el 14 de Septiembre de 1981 con motivo del aniversario de la Rerum novarum (1891), se refiere expresamente al tema del trabajo humano.


ORACIÓN A SAN JOSÉ OBRERO, pidiendo trabajo.


Nos dirigimos a ti, Oh bendito San José,nuestro protector en la tierra,como quien conoce el valor del trabajoy la respuesta a nuestro llamado.


A través de tu Santa Esposa,la Inmaculada Virgen Madre de Dios,y sabiendo el amor paternalque tuviste a nuestro Señor Jesús,te pedimos nos asistas en nuestras necesidadesy fortalezcas en nuestros trabajos.


Por la promesa de realizardignamente nuestras tareas diarias,líbranos de caer en el pecado,de la avaricia, de un corazón corrupto.Se tú el solícito guardián de nuestro trabajo,nuestro defensor y fortalezacontra la injusticia y el error.
Seguimos tu ejemplo y buscamos tu auxilio.


Socórrenos en todos nuestros esfuerzos,para así poder obtener contigoel descanso eterno en el Cielo,Amén.


Y PARA QUIENES TENEMOS LA GRACIA DIARIA DEL TRABAJO DIGNO:


PARA OBTENER EL ESPÍRITU DEL TRABAJO

Glorioso San José, modelo de todos los trabajadores, obtenme la gracia de trabajar en un espíritu penitente para compensar mis pecados; para trabajar conscientemente, anteponiendo el deber a mis tendencias e inclinaciones; para trabajar con gratitud y gozo, considerando como un honor usar y desarrollar en mi trabajo los dones que he recibido de Dios; para trabajar con orden, paz, moderación y paciencia,y nunca ceder ante el cansancio o las dificultades.


Ayúdame a trabajar, sobre todo, con pureza de intención y desprendimiento, teniendo siempre ante mis ojos la hora de la muerte y la cuenta que debo dar a Dios por mi tiempo perdido, talentos desperdiciados, omisión de buenas obras,y vana complacencia por el éxito, tan fatal para el trabajo de Dios.


Todo por Jesús, todo por María, todo por seguir tu ejemplo,¡Oh Patriarca San José!
Amén

26 abril 2010

El problema de quien no cree

“Si el ser humano sólo confía en lo que ven sus ojos, en realidad está ciego porque limita su horizonte de manera que se le escapa precisamente lo esencial. Porque tampoco tiene en cuenta su inteligencia. Las cosas realmente importantes no las ve con los ojos de los sentidos, y en esa medida aún no se percibe bien de que es capaz de ver más allá de lo directamente perceptible.”
Joseph Ratzinger, Dios y el mundo, p. 16

Tener fe o no tener fe, esa es la cuestión:

Hay personas con fe y personas sin fe. Personas que la tienen y viven como si no la tuvieran; y personas que no la tienen y quisieran tenerla.
Personas que nacen en el seno de una familia cristiana y son casi genéticamente cristianas. Personas a las que nunca nadie habló de Dios, no lo conocen y por falta de experiencia “divina” carecen de sensibilidad para las cosas espirituales. La fe no les dice nada, porque no pueden imaginar lo que es tenerla.
Personas que perdieron la fe que alguna vez tuvieron; se les quedó por el camino y no les interesa mucho por dónde. No les dice nada porque se aburrieron de lo que creían. Personas ansiosas por encontrar un sentido a la rutina de sus vidas.
En estas breves páginas, quisiera explicar al creyente (que más allá de crisis coyunturales nunca ha experimentado lo que es vivir sin fe) el problema de quien carece de fe. Porque, digámoslo de entrada, aunque no sea conciente, quien no tiene fe tiene un problema muy serio.

¿Cuál es el problema de quien carece de fe?:

Para comenzar, se pierde de conocer mucho de la realidad. Y, en concreto, lo más elevado.
Puede alcanzar sólo una visión muy superficial de la vida humana: lo que se ve, se oye, se come, engorda, enferma, etc. Pero el hombre es bastante más que una máquina que procesa comida, trabaja y se reproduce. Quien pierde el espíritu humano (lo más valioso del hombre) pierde mucho (y la relación con Dios es la expresión más alta del espíritu humano).
Pierde, además, la trascendencia y su vida queda así encerrada en la “cárcel” de la inmanencia de este mundo. Podrá disfrutar muchas cosas, divertirse, etc., pero su vida -considerada globalmente- se ha convertido en un camino hacia el cáncer y la tumba. Es duro, pero no cabe esperar otra cosa. Pierde el sentido más profundo del amor, que sin espíritu queda reducido a mero placer.
Se le escapa el sentido más profundo de la vida (para qué vivo, dónde voy…). No sabe de dónde viene ni adónde va. No es capaz de alcanzar lo único que, en definitiva, realmente importa. No tiene una sola respuesta para los problemas cruciales de la existencia humana. Como reconocía un premio Nobel español, agnóstico, lleno de tristeza hacia el final de su vida: “no tengo una sola respuesta para las cosas que realmente me interesan. Soy un sabio muy especial. Un sabio que no sabe nada de lo que le importa”.
Quien dice que sólo creerá lo que toque y vea (“si no lo veo no lo creo”), en realidad no sabe lo que está diciendo. La realidad más profunda de las cosas no está a nivel superficial y, por tanto, está fuera del alcance de los sentidos. No se ve con los ojos, no se pesa en una balanza, ni siquiera se alcanza con un microscopio. Se “ve” con la inteligencia, pero más allá de donde llegan los sentidos. Y, la verdad más grande -cómo es la vida íntima de Dios-, supera incluso esta capacidad intelectual de “ver”: sólo se accede a ella por la fe.
De modo brillante y resumido se lo explica el zorro al Principito cuando le dice: “no se puede ver sino con el corazón. Lo esencial está oculto a los ojos” (Antoine de Saint-Exupery, El Principito, XXI). El hombre sin fe nunca llega a entender algunas de las cosas más importantes de su vida. Como por ejemplo:

La felicidad y las ansias de infinito
Las realidades espirituales
El sentido de la vida (para qué estamos acá)
Los anhelos más profundos de la persona
El fracaso
El dolor
La muerte (tanto en general, como la propia y la de los seres queridos)
Y sobretodo lo que viene después.

Quien se cierra en su no-creeencia tiene cerrado el acceso a Dios, a la redención, a la salvación. Cerrado a la trascendencia, está cerrado a su desarrollo más pleno, y sobre todo a la felicidad perfecta.
En el ser humano hay unas ansias de infinito que no es posible reprimir: nada de este mundo lo satisface plenamente, porque las cosas de aquí le “quedan chicas”. Esas ansias de infinito serán saciadas después de esta vida. Por eso quien está cerrado a la trascendencia, está frustrado existencialmente, pues le resulta imposible concebir como posible la satisfacción de la tendencia más radical de su ser: su tendencia a la plenitud.

Sólo quien sabe quién es puede vivir con plenitud:

En la Misa inaugural de su Pontificado Benedicto XVI recordó que “únicamente donde se ve a Dios, comienza realmente la vida. Sólo cuando encontramos en Cristo al Dios vivo, conocemos lo que es la vida. No somos el producto casual y sin sentido de la evolución. Cada uno de nosotros es el fruto de un pensamiento de Dios. Cada uno de nosotros es querido, cada uno es amado, cada uno es necesario. Nada hay más hermoso que haber sido alcanzados, sorprendidos, por el Evangelio, por Cristo. Nada más bello que conocerle y comunicar a los otros la amistad con él. La tarea del pastor, del pescador de hombres, puede parecer a veces gravosa. Pero es gozosa y grande, porque en definitiva es un servicio a la alegría, a la alegría de Dios que quiere hacer su entrada en el mundo” (Benedicto XVI, Homilía del 24.4.05).
El hombre sin fe, se pierde lo mejor de la vida (que no necesariamente es lo más divertido): Dios y la vida eterna quedan fuera del horizonte de su vida y de su alcance.
Algunos, con buen corazón, pueden ocuparse de cosas muy nobles, como la ciencia o el arte; también contribuir al bien temporal de los demás. Todo esto es muy bueno. Pero, les falta algo, en realidad mucho: la apertura al infinito y la perfección, que da sentido y valor a lo que hacen. Para ellos, este bien, en cierta manera, se convierte en un camino hacia Dios.
Otros -quizá coherentemente con su visión materialista de vida (quien no cree en la trascendencia queda “encerrado” en la materia)- viven en la frivolidad (“comamos y bebamos que mañana moriremos”) pueden distraerse (dis-traerse: alejar la atención de lo importante), entretenerse (entre-tener: pasar ligeramente un rato entre dos cosas), divertirse (ocuparse jugando de cosas livianas), vivir en y para la pavada.
La sociedad actual (tecnológica) les ofrece todo tipo de medios para conseguirlo… y pueden distraerse, entretenerse y divertirse con bastante éxito… y de a ratos olvidarse de quienes son, pero no se realizan: pierden la vida.
Pueden pasar su existencia distraídos, entretenidos y divertidos (con la atención fuera de lo que lo conduciría a una vida realizada).
Incluso morir sin darse cuenta. Pero al final, se desvelará el misterio y se verá cómo han frustado su existencia llenándola de nada.

¿Es cómodo ser creyente?:

Hay quienes repiten una frase gastada: “es duro ser no creyente”.
Como si la postura de los creyentes fuera más cómoda. Como si los no creyentes fueran más honrados al no creer al precio de su inseguridad (cosa realmente dolorosa). Esta expresión tiene dos partes. Ser creyente es mucho más seguro y, al mismo tiempo, exigente. Es cierto que sin fe se carece de la seguridad del creyente. Y esto no puede no ser duro. Pero también puede resultar muy cómodo. No se puede conocer el interior de las personas. Hay quienes para estar cómodos “pagan” el precio de vivir en la oscuridad. No se comprometen con la verdad, no la buscan. Viven tranquilos en su ignorancia para no exponerse a tener que hacer aquellas cosas que les exigiría la fe si la encontraran… y por eso prefieren no buscarla. No están condenados a no creer. Quienes son honestos consigo mismo no nunca abandonan la búsqueda de la verdad.

La curiosa pretensión del agnóstico:

Resulta realmente curioso el planteo del agnóstico: afirmar la imposibilidad de conocer lo que él no conoce… ¿No sería más razonable afirmar simplemente que él todavía no pudo conocer lo que no conoce? Hace una extrapolación que no es válida: pasar de un dato particular (su no-conocimiento personal de Dios) a la afirmación general de la imposibilidad del mismo. Pero que él no conozca no demuestra en lo más mínimo que sea imposible conocer. La fe es el tesoro escondido en un campo. No haberlo encontrado todavía no alcanza para negar su existencia. Sólo prueba que debo seguir buscando. En cambio, parece bastante irrefutable el hecho de que muchas personas cuerdas (no están locas) han vendido todo lo que tenían para comprar ese campo…

La fe y las apuestas:

Quien no cree arriesga demasiado. La fe no es cuestión de probabilidades, tampoco de cálculos de intereses y conveniencias, pero hace ya mucho tiempo, una mente matemática como la de Pascal planteó las siguientes alternativas:

Si creo en Dios y Dios existe, lo he ganado todo.
Si creo en Dios y Dios no existe, no pierdo nada.
Si no creo en Dios y Dios existe, lo pierdo todo.
Si no creo en Dios y Dios no existe, no gano nada.

Pero no es cuestión de apuestas. La fe no es una apuesta, aunque por cálculo de probabilidades tenga más chances de ganar. No cree el que quiere sino el que puede. La fe es un don que Dios no niega a nadie. Es un misterio de la gracia y la libertad humana. Impresiona ver a Jesús dar gracias al Padre celestial porque se ha mostrado a los humildes y ha ocultado a los que se tienen a sí mismos por sabios y prudentes (cfr. Mt 11,25). Dios se esconde y se muestra. Sólo los humildes son capaces de ver. La verdad no se impone: cada uno debe recorrer el camino que conduce a ella. Un camino muy personal. Buscar la verdad y ponerse en condiciones de poder encontrar a Dios.
No se trata de conseguir entender a Dios, sino de encontrarlo.
Y cuando se lo encuentra, entonces, se entiende y sobretodo se lo ama.
Ser capaz de escuchar a Dios y ser capaz de hablar a Dios ¿Cómo se llega a encontrar a Dios, a escucharlo y hablarle? “¿Hay que aprender a hablar con Dios?”.
Uno puede ser -o volverse- sordo para las cosas de Dios. “El órgano de Dios, explica el Card. Ratzinger, puede atrofiarse hasta el punto de que las palabras de la fe se tornen completamente carentes de sentido”.
“Y quien no tiene oído tampoco puede hablar, porque sordera y mudez van unidas”. Entonces habrá que aprender -hacerse capaz- a comunicarse con Dios. “Poco a poco se aprende a leer la escritura cifrada de Dios, a hablar su lenguaje y a enteder a Dios, aunque nunca del todo. Poco a poco uno mismo podrá rezar y hablar con Dios, al principio de manera infantil -en cierto modo siempres seremos niños-, pero después cada vez mejor, con sus propias palabras” (Joseph Ratzinger, Dios y el mundo, p. 16).

¿Cómo?:

No hay fórmulas mágicas, hay recorridos. En primer lugar, con la apertura a la trascendencia: quien descartara de entrada la posibilidad de lo sobrenatural, cerraría la puerta a la verdad. Estaría rechazando apriorísticamente la existencia de algo que no es irracional. Y con esta actitud obviamente, difícilmente encontrará aquello cuya existencia rechaza voluntariamente. Pero no es que la verdad se le oculte, sencillamente la niega.
Después con todo lo que favorece la actividad del espíritu: arte, poesía, música, etc. Las expresiones del espíritu humano. Con el realismo filosófico.
Con la lectura de vidas ejemplares (los santos), y en particular con el recorrido de los grandes conversos de la historia. Con la lectura de la Sagrada Escritura: Dios habla en ella. Con la oración. Incluso aunque parezca que no sirve para nada: Dios escucha aunque yo no sea consciente de su presencia.

Un secreto:

Georges Chevrot nos explica que “Dios se hace amar antes que hacerse comprender” (El pozo de Sicar, Ed. Rialp, p. 291). En efecto, a Dios lo conocemos más a través del amor que de la inteligencia. Juan entendió más a Jesús no porque fuera más inteligente sino porque amó más y, por tanto, tuvo más intimidad con El. Quien no lo entiende, debería comenzar a tratar de amarlo y lo acabará entendiendo. El camino inverso no es de éxito seguro: con facilidad se enreda por la soberbia, y para encontrar la fe, la humildad es requisito fundamental. Y a quien lo entiende –aquel a quien el cristianismo le “cierra” perfectamente– todavía le queda camino por recorrer, para llegar a amarlo con todo el corazón. Buscarlo, intentar dirigirse a El, incluso antes de creer en El. La fe es un acto de conocimiento, pero también supone el ejercicio de la voluntad: hay que querer creer. Es difícil que alguien queriendo no creer llegue a creer. Dios no fuerza nuestra libertad. Son muy raros los encuentros inesperados como los de San Pablo o André Frossard (en su libro “Dios existe, yo me lo encontré” cuenta su historia personal). Pero la fe, es sobretodo un encuentro. No se alcanza por razonamientos intelectuales, sino que la inteligencia se rinde cuando se encuentra delante de Dios. En concreto, un encuentro personal con Cristo (de quien los cristianos afirmamos que vive y por eso es “encontrable”).

Un riesgo frecuente:

No pocas personas caen en la tentación de crearse una fe a su medida, según su propio gusto. Pero esto sería un auto-engaño notable.
 La verdad tiene que venir de afuera. En el caso de Dios, sólo puede provenir de El. Por mi cuenta puedo llegar a conocer algunas cosas de Dios, pero lo más importante es lo que El revela, que es inaccesible a nuestra inteligencia.

La grandeza de la fe:

Permite ir más allá de las apariencias, más allá de este mundo. Descubrir las realidades más profundas, el verdadero sentido de las cosas, el sentido de la vida. Y penetrando en el misterio, encontrarse con Dios.
Los cristianos deberíamos tener una sano complejo de superioridad… que en realidad no es un complejo propiamente dicho. Es simplemente el gozo de vivir una realidad superior. Saberse llamados a algo muy grande, a la vida eterna.
La fe da respuesta a los interrogantes más importantes de la persona.
Los más vitales, acuciantes, agudos. Los que el hombre no puede dejar de plantearse. Los que modelarán su vida según la respuesta que les dé.
Quien carece de fe no los resuelve, sencillamente necesita negarse a planteárselos porque sabe que no puede encontrar respuesta para ellos.
Las cuestiones de fe requieren fe. Esto es obvio. Para creer hay que tenerla. Quien no la tiene no puede “ver”. Pero también es cierto que muchas cosas no “cierran” sin fe (la existencia del mal, la vida después de la muerte, el sentido del dolor, y un largo etc.) y las cosas de la fe “cierran” (no son fábulas descolgadas): llegan a explicar el mundo de un modo totalmente coherente.
La fe no es demostrable, pero creer es razonable. Mucho más razonable que no creer.

18 abril 2010

Sobre los ataques a la Iglesia

Hay principalmente tres actitudes que ayudan de manera especial al católico ante los ataques a la Iglesia: la serenidad, la sinceridad y la caridad.

Le serenidad nace de la conciencia de que Cristo sigue estando presente en su Iglesia y que la fe es un don que "ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni al corazón del hombre llegó lo que Dios preparó para los que le aman". (1 Cor 2,9). Así, dado que la fe de la Iglesia no es una lección de matemáticas básica, no hay que extrañarse si no todos la comprenden. Siempre habrá ataques, pues a la Iglesia le toca el mismo destino que a Cristo: "Éste está puesto para ser señal de contradicción". (Lc 2,34)

Muchas veces los ataques a la Iglesia no son de mala voluntad, sino que surgen de la ignorancia de los atacantes. Hay que evitar los juicios y escucharlos con atención y respeto, tratando de iniciar juntos, un camino para encontrar la verdad. Por eso es necesario que cada cristiano conozca siempre mejor su fe, la profundice y sobre todo la viva cada día para poder dar respuesta a todo el que le pida razón de su esperanza (1 Pedro 3,15). El católico no tiene porque temer la sinceridad pues tiene su seguridad en Cristo que dijo: “Yo soy la verdad”. (Jn 14,6)

Conviene que un católico responda a los ataques, no con la discusión, ni con la agresión, sino con la caridad. El cristianismo no ha logrado sus grandes victorias por medio de la fuerza o del poder. Es el amor el que hizo diferente y deseable su estilo de vida. La caridad debe ser el distintivo de los cristianos, porque en la caridad el católico muestra que es un hijo de Dios. Debemos buscar el error y falsedad de las críticas, pero, a su vez, amar al hombre o mujer que las dice. El cristiano debe odiar el pecado, pero amar al pecador.

"Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que los odian, orad por los que los persiguen..." Este es el mandato de Jesús.

Por eso el cristiano debe defender a la Iglesia siempre como institución divina fundada por Jesucristo y como medio de santificación para todos los hombres, consciente de que está formada por seres humanos con fallos y debilidades pero que por encima de ella está la gracia de Dios. “Tu eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella”.

No hay que preocuparse. Es lo de siempre, por los de siempre y como siempre. Si quieren Vs. ver a la Iglesia renacer y prosperar no hay más que empezar a echar a los cristianos a los leones. Los leones actuales, más feroces y rugientes que los de los tiempos de los romanos son hoy algunos medios de difusión: TV, radios, prensa… dirigidos por los Herodes y Fariseos de todos los tiempos.

En el caso reciente de los curas pedófilos, les remito al escrito de Deal Hudson : “Sobre la pedofilia de los sacerdotes”. (Puede verse aquí)

Entre otras falsedades en curso desmonta los 10 mitos más utilizados, haciendo notar que: “…la pedofilia (el abuso sexual de niños preadolescentes) entre los sacerdotes es extremamente rara, pues afecta solamente al 0.3% del clero.”

Por un puñado de sacerdotes pecadores, descalificar a más de mil millones de católicos es injusto y mezquino, olvidando a los miles de misioneros, y a los miles de religiosos y religiosas que sirven en hospitales, en colegios, en diferentes ONGs, cumpliendo una función impagable. Para los medios de difusión cuando se trata de protestantes o mahometanos no hay caso. El verdadero enemigo a batir es la Religión Católica. Ese pobre sacerdote, que como hombre tiene sus traspiés, será denunciado y enredado por quienes manejan y dirigen la opinión pública. El pueblo, bien movido y promovido por los fariseos de siempre, por los que juegan a ir convenciendo a Pilatos y enardeciendo a las turbas hasta que estas gritan: “A ese ¡crucifícale!”

Prensa y grupos de presión dirigen desde hace algunos años una colosal campaña de persecución contra la Iglesia Católica. ¿Por qué los hombres que dicen no creer en Dios no paran de hablar sobre El y de atacarle? ¿Por qué quieren volver a crucificar a quien, según ellos, no existe? ¿Es una estupidez o es algo peor? Estas personas, en muchos casos, son aquellas que están encadenadas por algún vicio, dominados por las pasiones, las que se arrastran animalizadas por el fango insoportable de una vida miserable. Sus razones han estado siempre encubiertas con motivos ideológicos, políticos y de defensa de la moral o de la libertad; hasta que estudios psicológicos recientes han encontrado más profundas motivaciones en nuestra propia conducta, en nuestra moralidad. Para todos esos las normas evangélicas, la Iglesia, los religiosos son los dedos acusadores que les hace insufrible verse retratados como lo que son. Y son:

• Los que viven de la explotación de burdeles engañando a jóvenes mujeres necesitadas
• Los que hacen firmar a sus trabajadores nóminas falsas y vacaciones no concedidas
• Los que abandonan a su pareja y a sus hijos por otra persona, dejándolos en la miseria
• Los ladrones de guantes blancos que roban millones impunemente y presumen de ello
• Los funcionarios que prevarican, roban o engañan “legalmente”
• Los políticos que se sirven de la política para medrar ellos, sus familiares y afines.
• Los profesores que empujan a la juventud a la droga y al sexo so pretexto de libertad y educación
• Los sacerdotes o religiosos que desertan de sus funciones, traicionando y escandalizando a sus rebaños
• Los violentos y criminales que extorsionan, asesinan y roban bajo excusas nacionalistas u otras
• Los que se enriquecen prostituyendo a la juventud con el comercio de drogas y sexo
• Los que asesinan a sus hijos antes de nacer
• Los que denigran al matrimonio tradicional igualándolo con las parejas de homosexuales

Todos estos, y los que Vs. quieran añadir más, necesitan, necesitamos, justificar, ante nosotros mismos y ante los demás, una vida que nos repugna y no tenemos coraje para cambiar. Entonces, mientras llenos de cólera rechinamos los dientes ante el dedo acusador, contraatacamos “Matando al mensajero”, revolviendo el charco con el “Tu eres más” o, como pasaba en el Antiguo Testamento, “persiguiendo y destruyendo al profeta” – hoy la Iglesia- que se atrevía a enfrentarse a los poderosos. Teólogos antiguos precisaron que “Si la Iglesia ataca al vicio, el vicio ataca a la Iglesia”. En esa estamos.

¿Saben estos a qué y a quienes atacan? La grandeza y la debilidad del cristianismo reside en que Jesús manda: “…Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os injurian… perdonad hasta 70 veces siete….amar al prójimo como a ti mismo…” Y esto no hay quien lo aguante. ¿En los estatutos de que ideología o programa político hay nada parecido? ¿No es una inmensa estupidez atacar a esta maravilla de doctrina? Intelectualmente no es válido el pretexto de que algunos de sus miembros no la cumplen. Díganme una sola religión, doctrina o ideología política cualquiera que no tenga sus traidores. El mismo Jesús tuvo su Judas. Y seguirán existiendo los Judas mientras los hombres no sean ángeles. Aplíquese la ley sin contemplaciones a “cualquiera” que se la salte, sea quien sea; pero esto no autoriza a eliminar al Ministerio del Ejército porque haya militares traidores, ni al Ministerio de Justicia porque existan jueces prevaricadores, ni a eliminar al Gobierno porque haya políticos corruptos. ¿Por qué no se trata a la Iglesia con análogo sentido común y de justicia? ¿Tendrán razón los que creen que la virtud, la perfección y la excelencia son insoportables para muchos?

Los ataques a la Iglesia bien orquestados han adormecido a muchos católicos, que andan acongojados, escondiéndose por los rincones, avergonzados, sin dar la cara “Porque el ambiente no es propicio”, “ Porque no es lo políticamente correcto”, “ Porque no está de moda”… ¿Lo era cuando Cristo vino al mundo? ¿Lo era cuando los cristianos defendían su fe ante las fieras en los circos romanos? Jesús ante la violencia nos invitó a poner “la otra mejilla”; pero después de “la otra” no dijo más, y nos toca a nosotros resolver. Además, Cristo advierte: “Si alguien se avergonzare de mi y de mis palabras… también el Hijo del Hombre se avergonzará de él…”. “No se complacerá ya mi alma en el que cobarde se oculta”.

A pesar de los pesares, la Iglesia católica es el escudo más fuerte que le queda a esta sociedad contra la desmoralización, la desesperanza y la carencia de un norte; por eso se la ataca con tanta saña y furia. Eliminad la Iglesia, y el mundo perderá su brújula y andará a la deriva de las manos de cuatro poderosos sin más leyes que las suyas. ¿Qué la sustituiría? ¿Esas ideologías que duran unos años, mueren y dejan tras sí un rastro de miseria, ruina y muerte? Cada siglo hay quien cree haber matado a la Iglesia. La Iglesia se levanta y sigue andando, mientras los huesos de sus matadores yacen en las orillas de la Historia.

Recientemente, “Leonardo Mondadori, el hombre más poderoso del mundo editorial italiano y hasta hace poco uno de los millonarios más cínicos, antirreligiosos y “pendones” de Europa, acaba de hacer pública su conversión al catolicismo. En su libro: "Conversión. Una Historia personal" nos cuenta como ha encontrado sentido a su vida, y la paz y la alegría de vivir. En los Evangelios, dice, se encuentra todo lo que hace falta para hacer frente a los problemas vitales de todos los hombres y mujeres de todos los tiempos.” El día que los gobernantes los lean, encontrarán en ellos el mejor programa político y de gobierno. Dos exigencias: Han de ser hombres de buena voluntad, y leerlos diariamente, como si fuese la primera vez con los ojos y el corazón limpios, como los niños.

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Insertamos aquí el texto de la referida leyenda que circula libremente en Internet: La oración a San Miguel del Papa León XIII: En Octubre 13, 1884, el Papa León XIII, experimento una visión horrible. Después de celebrar la Eucaristía, estaba consultando sobre ciertos temas con sus cardenales en la capilla privada del Vaticano cuando de pronto se detuvo al pie del altar y quedo sumido en una realidad que solo el veía. Su rostro tenia expresión de horror y de impacto. Se fue palideciendo. Algo muy duro había visto. De repente, se incorporo, levanto su mano como saludando y se fue a su estudio privado. Lo siguieron y le preguntaron: ¿Que le sucede su Santidad? ¿Se siente mal?

El respondió: "¡Oh, que imágenes tan terribles se me han permitido ver y escuchar!", y se encerró en su oficina.

¿Qué vio León XIII? "Vi demonios y oí sus crujidos, sus blasfemias, sus burlas. Oí la espeluznante voz de Satanás desafiando a Dios, diciendo que el podía destruir la Iglesia y llevar todo el mundo al infierno si se le daba suficiente tiempo y poder. Satanás pidió permiso a Dios de tener 100 años para poder influenciar al mundo como nunca antes había podido hacerlo." También León XIII pudo comprender que si el demonio no lograba cumplir su propósito en el tiempo permitido, sufriría una derrota humillante. Vio a San Miguel Arcángel aparecer y lanzar a Satanás con sus legiones en el abismo del infierno.

Después de media hora, llamo al Secretario para la Congregación de Ritos. Le entrego una hoja de papel y le ordeno que la enviara a todos los obispos del mundo indicando que bajo mandato tenía que ser recitada después de cada misa, la oración que ahí el había escrito:

Oración a San Miguel Arcángel
(León XIII, 18 de mayo de 1890; Acta Apostolicae Sedis, p. 743)

¡Oh glorioso príncipe de las milicias celestes, san Miguel arcángel, defiéndenos en el combate y en la terrible lucha que debemos sostener contra los principados y las potencias, contra los príncipes de este mundo de tinieblas, contra los espíritus malignos! Ven en auxilio de los hombres que Dios ha creado inmortales, que formó a su imagen y semejanza y que rescató a gran precio de la tiranía del demonio. Combate en este día, con el ejército de los santos ángeles, los combates del Señor como en otro tiempo combatiste contra Lucifer, el jefe de los orgullosos, y contra los ángeles apóstatas que fueron impotentes de resistirte y para quien no hubo nunca jamás lugar en el cielo. Si ese monstruo, esa antigua serpiente que se llama demonio y Satán, él que seduce al mundo entero, fue precipitado con sus ángeles al fondo del abismo.

Pero he aquí que ese antiguo enemigo, este primer homicida ha levantado ferozmente la cabeza. Disfrazado como ángel de luz y seguido de toda la turba y seguido de espíritu malignos, recorre el mundo entero para apoderarse de él y desterrar el Nombre de Dios y de su Cristo, para hundir, matar y entregar a la perdición eterna a las almas destinadas a la eterna corona de gloria. Sobre hombres de espíritu perverso y de corazón corrupto, este dragón malvado derrama también, como un torrente de fango impuro el veneno de su malicia infernal, es decir el espíritu de mentira, de impiedad, de blasfemia y el soplo envenado de la impudicia, de los vicios y de todas las abominaciones. Enemigos llenos de astucia han colmado de oprobios y amarguras a la Iglesia, esposa del Cordero inmaculado, y sobre sus bienes más sagrados han puesto sus manos criminales. Aun en este lugar sagrado, donde fue establecida la Sede de Pedro y la cátedra de la Verdad que debe iluminar al mundo, han elevado el abominable trono de su impiedad con el designio inicuo de herir al Pastor y dispersar al rebaño.

Te suplicamos, pues, Oh príncipe invencible, contra los ataques de esos espíritus réprobos, auxilia al pueblo de Dios y dale la victoria. Este pueblo te venera como su protector y su patrono, y la Iglesia se gloría de tenerte como defensor contra los malignos poderes del infierno. A ti te confió Dios el cuidado de conducir a las almas a la beatitud celeste. ¡Ah! Ruega pues al Dios de la paz que ponga bajo nuestros pies a Satanás vencido y de tal manera abatido que no pueda nunca más mantener a los hombres en la esclavitud, ni causar perjuicio a la Iglesia. Presenta nuestras oraciones ante la mirada del Todopoderoso, para que las misericordias del Señor nos alcancen cuanto antes. Somete al dragón, la antigua serpiente que es diablo y Satán, encadénalo y precipítalo en el abismo, para que no pueda seducir a los pueblos. Amén

- He aquí la Cruz del Señor, huyan potencias enemigas.

Venció el León de Judá, el retoño de David

- Que tus misericordias, Oh Señor se realicen sobre nosotros.

Como hemos esperado de ti.

- -Señor, escucha mi oración. Y que mis gritos se eleven hasta ti.

Oh Dios Padre Nuestro Señor Jesucristo, invocamos tu Santo Nombre, e imploramos insistentemente tu clemencia para que por la intercesión de María inmaculada siempre Virgen, nuestra Madre, y del glorioso san Miguel arcángel, te dignes auxiliarnos contra Satán y todos los otros espíritus inmundos que recorren la tierra para dañar al género humano y perder las almas. Amén

11 abril 2010

TESTIMONIO DEL 7 DE ABRIL: TIEMPO DE PASCUA


Señor Jesús, con tu Resurrección triunfaste sobre la muerte y vives para siempre comunicándonos la vida, la alegría, la esperanza firme.

( LUEGO DE LA MISA, COMO VERÁN EN EL VIDEO, VARIOS PUDIMOS OBSERVAR UNA FUERTE LUZ BLANCA, COINCIDENTE CON LA DANZA DEL SOL, QUE BLANQUEÓ EL CIELO POR UNOS INSTANTES. MINUTOS DESPUÉS ASÍ FUE EL ANOCHECER )


( MOMENTO DE LAS OFRENDAS EN LA MISA: DOS MUJERES OFRECEN PART EDE LAS ROSAS QUE LLEVAMOS SIEMPRE LOS PEREGRINOS, PARA QUE SANTA MARÍA DEL ESPÍRITU SANTO LAS BENDIGA YA TRAVÉS DE SUS PÉTALOS SE DERRAMEN MÚLTIPLES GRACIAS )

Tú que fortaleciste la fe de los apóstoles,de las mujeres y de tus discípulos enseñándolos a amar con obras, fortalece también nuestro espíritu vacilante, para que nos entreguemos de lleno a Ti.

( MUCHOS PEREGRINOS LLEVAN A BENDECIR A LA PLAZA, SUS IMÁGENES O CUADROS CON GRAN DEVOCIÓN )
Queremos compartir contigo y con tu Madre Santísima la alegría de tu Resurrección gloriosa.


Tú que fortaleciste la fe de los apóstoles,de las mujeres y de tus discípulos enseñándolos a amar con obras, fortalece también nuestro espíritu vacilante, para que nos entreguemos de lleno a Ti.

( OBSERVEN LOS RAYOS QUE DESCIENDEN, REFLEJADOS EN EL VIDRIO DE LA ERMITA )
Queremos compartir contigo y con tu Madre Santísima la alegría de tu Resurrección gloriosa.

Señor Jesús, hemos querido seguirte en los momentos difíciles de tu Pasión y Muerte, sin avergonzarnos de tu cruz redentora. Ahora queremos vivir contigo la verdadera alegría, la alegría que brota de un corazón enamorado y entregado, la alegría de la resurrección. Pero enséñanos a no huir de la cruz, porque antes del triunfo suele estar la tribulación. Y sólo tomando tu cruz podremos llenarnos de ese gozo que nunca acaba.

Señor Jesús, danos la limpieza de corazón y la claridad de mente para reconocer la verdad. Que nunca negociemos con la ella para ocultar nuestras flaquezas, nuestra falta de entrega, que nunca sirvamos a la mentira, para sacar adelante nuestros intereses. Que te reconozcamos, Señor, como la Verdad de nuestra vida.


PUEDEN VER EL VIDEO EN: http://www.youtube.com/watch?v=jry3ucH-1vM
VIVA SANTA MARÍA DEL ESPÍRITU SANTO, LA VIRGEN DE LANÚS, Y JESÚS RESUCITADO, NUESTRO REDENTOR.

Despierta mundo, es hora de volver a Dios!

La Iglesia necesita laicos que respondan al llamado de Dios para ayudar a sanar, iluminar, formar, bendecir, interceder y comprender que el ser humano es Imagen de Dios.
No cabe duda que estamos asistiendo a la más dramática ausencia de valores, el aire que respiramos no es el mejor y el ambiente que se vive está sumergido en manifestaciones materialistas, hedonistas, maximalistas, llevando al “Ser Humano” al más profundo espíritu de decadencia y alienación, de pérdida de la capacidad de interrogarnos por nosotros mismos y por los demás.
La ausencia de valores cristianos fundamentales en la cultura de la modernidad no solamente ha ofuscado la dimensión de lo trascendente, abocando a muchas personas hacia el indiferentismo religioso – también en América Latina -, sino que, a la vez es causa determinante del desencanto social en que se ha gestado la crisis de esta cultura. Tras la autonomía introducida por el racionalismo, hoy se tiende a basar los valores sobre todo en consensos sociales subjetivos que, no raramente, llevan a posiciones contrarias incluso a la misma ética natural. Piénsese en el drama del aborto, los abusos en ingeniería genética, los atentados a la vida y a la dignidad de la persona.
Las obras desean iluminar en la urgente necesidad de acceder “y para qué esperar más”, en la re-educación del espíritu cristiano, buscando renovar los valores humanos enmarcados en la familia, el trabajo, la sociedad en general.
Muchos son los múltiples esfuerzos de teólogos, filósofos, humanistas, profesionales de todas las áreas y ciencias, padres de familia, misioneros, desarrollados bajo el tenor de la Fe de la Iglesia “Mater et Magistra”, “Madre y Maestra” que buscan proporcionar nuevas estrategias de evangelización capaces de responder a las complicadas tareas de construcción y mejoramiento de la calidad de vida tanto material como espiritual de los seres humanos del Siglo XXI.
Me uno a estos esfuerzos con mis humildes oraciones y mi cotidianidad reconociendo que tenemos “TODOS” que tomar de una vez por toda la más sabia de las decisiones “VOLVER A DIOS”.
La Iglesia necesita también de Laicos comprometidos que respondan “FIAT” afirmativamente y en la praxis al llamado de Dios por medio de la Iglesia para ayudar a sanar, iluminar, formar, bendecir, interceder, calmar el hambre, y comprender que el ser humano es Imagen de Dios.

TENEMOS UNA VOCACIÓN, UNA MISIÓN, VAMOS A DESPERTARLA.

LA IGLESIA NECESITA VIVIR UN PENTECOSTES PERMANENTE, QUE ALCANCE AL MUNDO ENTERO EN EL QUE EL HOMBRE HA PERDIDO SU IDENTIDAD DE HIJO DE DIOS. HA PERDIDO LA ALEGRÍA DE VIVIR EL GOZO DE SU PATERNIDAD.

Rm 1,21. IMPIEDAD.
¿El mundo grita sus mensajes, con más fuerza que nosotros el de Cristo…?
ES EL MOMENTO, quizás ha pasado porque HEMOS PERDIDO UNA GENERACIÓN, pero aún estamos a tiempo.
Para Congar, célebre por su “Teología del Laicado”, que tanto influyó en el Concilio Vaticano II: “LAICOS son aquellos que habiendo recibido la llamada divina a la fe por el Bautismo, permanecen en el mundo para santificarlo desde dentro, PARA ORDENAR EL MUNDO SEGÚN EL PLAN DE DIOS”.

POTENCIAL DIVINO DEL BAUTISMO
Para los seglares que tienen fe, y VIVEN EN SU SER DE BAUTIZADOS, este es asumido como LA VOCACIÓN DIVINA DE LOS LAICOS, que adquiere así una proyección escatológica dentro del plan de salvación de Dios. Y por lo tanto es un CARISMA que suscita el Espíritu Santo en la Iglesia, para la realización eficaz de su MISIÓN. No es que los demás, sacerdotes o religiosos sean indiferentes a las realidades temporales del mundo, puesto que desde su peculiar vocación eclesial, tratan de penetrarla con los valores del reino. Sin embargo, ESTA TAREA ES LO PROPIO DEL LAICADO.
Juan Pablo II en la homilía de ACRA-1980, nos decía: “aunque vuestra función como laicos sea a veces oculta y desconocida, como la levadura o la sal de la tierra, SIN EMBARGO ES INDISPENSABLE PARA LA IGLESIA, en el cumplimiento de la MISIÓN recibida de Cristo.
En el discurso a los MOVIMIENTOS LAICOS en Paris (Mayo-1980), nos dice: “la obra que os corresponde propiamente en la IGLESIA ES ESENCIAL, NADIE PUEDE REEMPLAZAROS EN ELLA, ni los sacerdotes y religiosos, a quienes como sabéis no dejo de estimular en sus tareas específicas…”. En efecto, ésta constituye LA MISIÓN PROPIA DE LOS SEGLARES DE LA IGLESIA DE DIOS, de la que participan con pleno derecho por su regeneración BAUTISMAL Y LA UNCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO”.
Los laicos según la Lumen Gentium, realizan según su condición, la misión de todo el pueblo cristiano en la SOCIEDAD, en la IGLESIA y en el MUNDO: “familia, política, economía, cultura, educación… etc, como lugar de santificación y apostolado laical”.
Así es como estamos llamados, por VOCACIÓN DIVINA, a colaborar UNIDOS A CRISTO, en la obra de SALVAR AL MUNDO; y como estamos INJERTADOS CON ÉL como el sarmiento a la vid, lógicamente PARTICIPAMOS DEL SER DE CRISTO Y DE SU TRIPLE MISIÓN, SACERDOTAL, PROFÉTICA Y REGIA.
Según la Lumen Gentium 35, los laicos participan del oficio PROFÉTICO de Cristo, que realizan por medio del sentido de la FE, testimonio de VIDA, y la PREDICACIÓN DE LA PALABRA. Puesto que su participación en Cristo, por el Bautismo ES LA MISMA que la del resto de los fieles. Y Cristo, antes de subir al cielo, envió el Espíritu Santo para que sus discípulos fueran sus TESTIGOS EN EL MUNDO.
TESTIGO, PROFETA, es aquel que proclama, que ANUNCIA LA NOTICIA QUE HA RECIBIDO, LA ALEGRÍA DE LA SALVACIÓN DE JESUCRISTO. Los fieles laicos debemos dar TESTIMONIO VALIENTE DEL REINO. Es una NECESIDAD IMPERIOSA DE NUESTRO TIEMPO.
Ap. 5. 9-10. Es el momento de preguntarnos SI HEMOS VIVIDO COMO REYES, por el poder que nos otorga LA SANGRE DE CRISTO, o si hemos vivido como súbditos, sometidos en muchas ocasiones a los valores del mundo.
El reino de Dios es un reino de amor, paz y justicia.

¿DÓNDE ESTÁ NUESTRA PERLA PRECIOSA?
Las enseñanzas de los Papas, respecto a la misión de los laicos, se apoya en la DOCTRINA DEL SACERDOCIO REAL DE LOS FIELES. Congar trató de la vida de los laicos como OFRENDA Y SACRIFICIO, carácter que radica en su ser sacerdotal por el BAUTISMO.
El laico realiza su SACERDOCIO COMÚN, mediante la obediencia a la voluntad de Dios, santificándose y ofreciendo su vida como HOSTIA AGRADABLE A DIOS (Lumen Gentium 11).
ESTE SACERDOCIO, se actualiza especialmente por su participación en la EUCARISTÍA, a la que el laico se une, para con Cristo contribuir a la salvación del mundo.
Según Lumen Gentium 34, la vida cotidiana del cristiano es MATERIA SECUNDARIA del SACRIFICIO EUCARÍSTICO.
Su vida santa es ofrenda y sacrificio agradable a Dios como expresión y REALIZACIÓN DE SU SACERDOCIO BAUTISMAL. Por supuesto el sacerdocio COMÚN de los fieles y el sacerdocio MINISTERIAL, son diferentes entre sí, esencialmente y no sólo de grado, ya que el sacerdocio ministerial ofrece a Dios el SACRIFICIO EUCARÍSTICO en nombre de todo el pueblo.
SABER QUE DEPENDEMOS DEL ESPÍRITU SANTO, ÚNICO PROTAGONISTA E IMPULSOR DE TODA EVANGELIZACIÓN.
Cuando hemos recapacitado en el mundo en que vivimos y como está la sociedad en que nos movemos, en que se ha perdido UNA GENERACIÓN (35-55) en la IGLESIA, de cristianos creyentes, y que como nos dice Juan Pablo II en “Redentoris missio”, que grupos enteros de cristianos han perdido el sentido vivo de la fe… LA TAREA DE EVANGELIZAR PARECE QUE NOS SUPERA, podemos desanimarnos; en ocasiones nos sentimos como PERDIDOS EN UNA SOCIEDAD QUE NI NOS OYE Y HASTA NOS RIDICULIZA… Pero todos sabemos que al ser bautizados somos depositarios de la VIDA TRINITARIA, y que TODO EL AMOR DE DIOS HA SIDO DERRAMADO EN NUESTROS CORAZONES CON EL ESPÍRITU SANTO QUE SE NOS HA DADO… NO UN POCO DE SU AMOR, SINO SU PLENITUD.
DESDE SU POTENCIAL INFINITO PODEMOS EVANGELIZAR, para así REFLEJAR EL ROSTRO DE CRISTO EN EL MUNDO.
UNA EVANGELIZACIÓN QUE REFLEJE EL ROSTRO DE CRISTO TIENE QUE DARSE DESDE LA VIVENCIA, DESDE LA EXPERIENCIA. UNA EXPERIENCIA QUE TRANSMITA Y ATRAIGA.

EL ROSTRO DE MOISÉS. . . LOS NUESTROS

El mundo necesita volver a Dios y sólo puede hacerlo desde la ORACIÓN. No se ama lo que no se conoce. LA ORACIÓN ES EL PRIMER DEBER DEL BAUTIZADO, y de todas las oraciones LA EUCARISTÍA COMO PILAR CENTRAL. LA EUCARISTÍA ES LA “ZARZA ARDIENTE”, donde el Espíritu Santo hace presente cada día el misterio de la PASCUA DEL SEÑOR.
LA IGLESIA, y nosotros laicos, DEBEMOS VOLVER CONTINUAMENTE AL CENÁCULO, PARA SER ILUMINADOS, UNA Y OTRA VEZ Y ARDER COMO UNA “ZARZA ARDIENTE”, QUE LA RENUEVE Y LA HAGA ATRAYENTE.
La vida del laico se proyectará en dimensión TEOLOGAL, en FE, ESPERANZA Y CARIDAD. Ordenando todo para la gloria de Dios; JUZGANDO LO HUMANO Y LO MUNDANO DESDE CRISTO Y TRANSFORMÁNDOLO EN CRISTO, POR EL PODER DEL ESPÍRITU SANTO.
A la luz de la FE, actuará en el mundo y esperará y confiará con corazón firme, que se realicen las promesas hechas por Dios.
LA ESPERANZA CRISTIANA, nos permite hacer frente a los poderes del mundo y ESPERAR EN EL FUTURO CON FORTALEZA Y PERSEVERANCIA. LA ESPERANZA NO ES UNA UTOPÍA, YA QUE ESTÁ PUESTA EN EL PODER OMNIPOTENTE DE DIOS Y EN LA FE EN SU RESURRECCIÓN (Rm. 4). Y TODO VIVIDO DESDE LA CARIDAD Y DESDE LA CARIDAD DE CRISTO, QUE HA SIDO DERRAMADA EN NUESTROS CORAZONES POR EL ESPÍRITU SANTO.

UNIDAD DE TODOS LOS LAICOS EN ESTA CARIDAD
TODA LA CARIDAD. . . TODO EL AMOR. . . este convencimiento se convertirá en PODER DE EVANGELIZACIÓN, FUERZA EVANGELIZADORA; “EN SU PODER”. Él hace posible lo que parece imposible.
Esta vivencia tiene que hacer REBOSAR en nosotros el ansia de evangelizar, de transmitir la experiencia de Dios, el amor de Dios a los que Él ama.
Así en medio del mundo, el amor al prójimo, es el CRISOL que AUTENTIFICA, el verdadero amor a Dios, y será la RAZÓN y la FUERZA de la BUENA NUEVA.
NOS LLEVARÁ AL COMPROMISO, NO PODEMOS CALLAR LO QUE HEMOS VISTO Y OIDO. SI ESTAMOS CALLADOS ES QUE EN REALIDAD, NO HEMOS VISTO Y OIDO, AUNQUE PENSEMOS QUE SERVIMOS, CONOCEMOS Y AMAMOS A DIOS.

VOLVAMOS A DIOS, Y CUMPLAMOS CON EL MANDAMIENTO QUE JESÚS NOS DEJÓ!

05 abril 2010

MIÉRCOLES 7 DE ABRIL: NUEVO ENCUENTRO CON NUESTRA MADRE


MIÉRCOLES 7 DE ABRIl: 16 HS. SANTA MISA Y ROSARIO -( CONVIENE LLEGAR POR LO MENOS A LAS 15 HS.)


COMO CADA DÍA 7, TAMBIÉN PODREMOS VISITAR LAS IMÁGENES, RECIBIR AGUA BENDITA, ESTAMPAS Y EL PÉTALO DE ROSA BENDECIDO POR LA VIRGEN.


SANTA MARÍA DEL ESPÍRITU SANTO, DE LA MANO DE JESÚS RESUCITADO VA A ESTAR PRESENTE DERRAMANDO LLUVIAS DE GRACIAS, DEL MISMO MODO QUE EN UNA APARICIÓN.


NOS PIDEN QUE LLEVEMOS ALIMENTOS NO PERECEDEROS Y/O ROPA EN BUEN ESTADO PARA LOS HERMANOS NECESITADOS.


NO OLVIDEMOS LLEVAR ROSAS PARA MARÍA Y JESÚS.


PLAZA CARLOS AUYERO - SALTA Y ARIAS- LANÚS ESTE.

03 abril 2010

SÁBADO DE VIGILIA Y DOMINGO DE RESURRECCIÓN

En la Vigilia Pascual, se celebra una liturgia muy especial, y se hace con la máxima solemnidad.

Empiezan los oficios con el templo a oscuras, encendiéndose y bendiciéndose un fuego en el atrio, en un lugar fuera del templo. De ese fuego se enciende el Cirio Pascual, una enorme vela que simboliza a Cristo Resucitado.

Acto seguido, los fieles encienden sus velas propias de la llama del Cirio. Llegados al presbiterio, se coloca en el centro del mismo, junto al altar o junto al ambón, se encienden todas las luces del templo y se canta el pregón pascual: antiguo himno alusivo a la noche de Pascua, que proclama la gloria de la Resurrección de Cristo y envolverá toda la liturgia de esta noche.

Luego continúa la Liturgia de la Palabra, en la que se leen siete relatos del Antiguo Testamento alusivos al plan salvífico de Dios, intercalados con salmos y oraciones. Tras estos sigue la Vigilia con la entonación del Gloria que no se había cantado desde que empezó la Cuaresma, junto con repique de campanas. Se procede a la lectura de una carta apostólica del Nuevo Testamento. Tras esta lectura y previo al Evangelio se entona de manera solemne el Aleluya, y se procede a leer el Evangelio correspondiente. En el caso del Aleluya y del Gloria, se puede cantar empleando instrumentos festivos.

Tras la homilía tiene lugar la Liturgia Bautismal, en la cual se acostumbra administrar el Bautismo a los nuevos cristianos de ese año y se bendice el agua de la pila bautismal y se cantan las Letanías de los Santos. También, los fieles presentes renuevan sus promesas bautismales, tomando de nuevo la luz del cirio pascual, y se los aspersa con agua bendita. Finalmente, se continúa la Misa con la liturgia eucarística de la manera acostumbrada. Se acostumbra a realizar la Eucaristía bajo las dos especies. La eucaristía, como siempre termina con el envió a la misión Ite missa est, que en este día es solemnizado por el canto y por el doble aleluya que se añade. Antes de la bendición, así como hemos compartido con María Dolorosa, el sermón de la soledad junto a Cristo muerto, entonamos el canto de gozo y alegría en su honor.

Los fieles nos retiramos inundados de felicidad y se nos da agua bendita para nuestros hogares.
El domingo de Resurrección es el día más importante y más alegre para todos nosotros, los católicos, ya que Jesús venció a la muerte y nos dio la vida. Esto quiere decir que Cristo nos da la oportunidad de salvarnos, de entrar al Cielo y vivir siempre felices en compañía de Dios. Pascua es el paso de la muerte a la vida.

MENSAJE DE PASCUA 2010 de Mons. Rubén Oscar Frassia"CRISTO NUESTRA PASCUA, HA RESUCITADO"

En esta Pascua, queremos reflexionar acerca del Paso del Señor: Cristo con su resurrección, ha vencido el pecado y la muerte. Dos realidades, que nos son muy cercanas, que aunque las queramos negar, nos están rodeando permanentemente.El pecado provoca esclavitud. La esclavitud, nos lleva a la negación de una vida libre, entera, y digna. El pecado nos encierra y nos asfixia en nuestros pensamientos, o en nuestras costumbres. De ambos modos, pretenden hacernos vivir alejados de la verdad y de la vida.

Pero tenemos una certeza: Todos los argumentos y razonamientos falaces con que el egoísmo y las ideologías pretenden envolvernos no constituyen nunca una verdad.Hoy se pretende vivir una vida enajenada. Se rompen los vínculos y las relaciones interpersonales. Se deteriora el trato respetuoso entre los hombres. Se llega, incluso, a querer, vanamente, justificar, por argumentos falsos o parciales, el derecho a nacer, fundamental del ser humano, promoviendo la legalización del aborto.

Hoy, la búsqueda de una buena situación económica que lleve al bienestar, conduce al individualismo, a la aceptación de atajos en lo relativo a la moral, a la promoción de derechos sin las correlativas obligaciones, descuidando la solidaridad y exaltando el relativismo y el subjetivismo en todas las dimensiones de la vida personal y social.

Hoy la confusión entre lo verdadero y lo falso conduce al escepticismo. La multiplicación hasta la saturación de las palabras pretende usurpar la fuerza de la evidencia de la verdad.

Hoy la corrupción en los diferentes estamentos, particularmente en los niveles directivos de la sociedad, es una moneda corriente, con la consecuente desmoralización en los sectores más vulnerables, particularmente en los jóvenes.

Cristo es el "camino, la verdad y la vida" El nos da la posibilidad de peregrinar con ánimo renovado por sus caminos, pero no de cualquier manera, sino en verdad y en vida. Su compromiso, nos ayuda a nosotros a vivir comprometidos. La vida define, y las palabras expresan. Elijamos siempre la vida.Protejamos nuestras familias nutriéndolas de valores, de virtudes humanas y cristianas.

Es preciso insistir en una educación integral, en lo humano y en lo trascendente, en la paz, en la verdad, en la libertad, la justicia y en la caridad, que son los pilares de nuestras familias y de nuestra sociedad.

La celebración pascual coincide este año con el inicio del camino hacia el bicentenario de Nuestra Patria, como Nación, que necesita de nuestro compromiso no solo para festejar sino también para proyectar el futuro concretándolo en este presente, procurando juntos el bien común de todos los argentinos.

La presencia de Jesús Resucitado, que vence el pecado y la muerte diciéndonos que no tengamos miedo, nos colme de alegría, de fuerza, de luz, de ternura y de amor.

Y que la Virgen María, con su ejemplo de confianza y de fidelidad nos ayude a ser más sus hijos y a considerarnos entre nosotros como hermanos.Les doy mi bendición de Padre y Pastor.¡Felices Pascuas de Resurrección!

+Mons. Rubén O. Frassia Obispo de Avellaneda-LanúsAvellaneda, 29 de marzo de 2010.

01 abril 2010

VIERNES SANTO

En esta tarde, Cristo del Calvario,
vine a rogarte por mi carne enferma;
pero al verte, mis ojos van y vienen
de tu cuerpo a mi cuerpo con vergüenza.

¿Cómo quejarme de mis pies cansados,
cuando veo los tuyos destrozados?
¿Cómo mostrarte mis manos vacías,
cuando las tuyas están llenas de heridas?

¿Cómo explicarte a ti mi soledad,
cuando en la cruz alzado y sólo estás?
¿Cómo explicarte que no tengo amor,
cuando tienes rasgado el corazón?

Ahora ya no me acuerdo de nada,
huyeron de mí todas mis dolencias.
El ímpetu del ruego que traía
se me ahoga en la boca pedigüeña.

Y sólo pido no pedirte nada,
estar aquí, junto a tu imagen muerta,
ir aprendiendo que el dolor es sólo
la llave santa de tu santa puerta. Amén.
( Gabriela Mistral )