30 agosto 2011

IMPORTANTE: ADORACIÓN EUCARÍSTICA DE LOS PRIMEROS SÁBADOS. INVITA EL CENÁCULO.


Un encuentro personal con Jesús.

“Dadme, Señor, lo que hoy tanto necesito: paz, alegría y amor.
Me doy entero a Jesús, me abandono a vuestra Misericordia; permitidme apoyar mi cabeza en vuestro pecho y allí quedarme para siempre.”
Os amo y os espero en la soledad del silencio donde puedo escucharos.
¡ Os amo y os pido, Jesús, tomadme en vuestros brazos y dadme la paz !

PRÓXIMO SÁBADO 3 DE SEPTIEMBRE Y TODOS LOS PRIMEROS SÁBADOS DE MES.
16 HS.
Parroquia Sagrado Corazón de Jesús- Ituzaingó 1147- Lanús Este ( a 1 cuadra de la Estación )
Invita: Cenáculo Santa María Del Espíritu Santo- Lanús- Bs. As.- Argentina-

13 agosto 2011

TESTIMONIO 7 DE AGOSTO DE 2011

El pasado 7 de agosto vivimos, como siempre, un hermoso encuentro con Jesús y María en la Plaza de las Apariciones de Lanús. Ya, pasado el mediodía, un gran halo solar apareció en el cielo y recibió a los peregrinos. Permaneció varias horas en el cielo de Lanús.

Un conmovedor silencio, recogimiento espiritual y gran concurrencia llenaron de calor la ventosa tarde de invierno. Recibimos la cordial bienvenida del Cenáculo y los servidores que, de su esfuerzo personal, nos regalaron estampas, folletos, medallas y el Pan bendecido de San Cayetano. Inmensa filas para recibir agua bendita y una bendición especial peregrino por peregrino. Inmensas filas para confesarse. Visitamos las imágenes, recibimos los pétalos de rosas bendecidos y la Santa Misa compartiendo la Mesa de la Palabra y la Mesa Eucarísitica fue presidida por el Padre Jorge ( siempre tan paternal, cercano y contendor ). La bendición con el Santísimo Sacramento llegó a todos los corazones. María habrá estado muy contenta, entre nosotros, en la Placita de Lanús.


"He ahí a tu madre"
Catequesis mariana
Santo Padre Juan Pablo II
7 de mayo de 1997

1. Jesús, después de haber confiado el discípulo Juan a María con las palabras: "Mujer, he ahí a tu hijo", desde lo alto de la cruz se dirige al discípulo amado, diciéndole: "He ahí a tu madre" (Jn 19, 26-27). Con esta expresión, revela a María la cumbre de su maternidad: en cuanto madre del Salvador, también es la madre de los redimidos, de todos los miembros del Cuerpo místico de su Hijo.
La Virgen acoge en silencio la elevación a este grado máximo de su maternidad de gracia, habiendo dado ya una respuesta de fe con su "sí" en la Anunciación.
Jesús no sólo recomienda a Juan que cuide con particular amor de María; también se la confía, para que la reconozca como su propia madre.




( UN GRAN HALO SOLAR DESDE LA LLEGADA DE LOS PRIMEROS PEREGRINOS )


"He ahí a tu madre"
Catequesis mariana
Santo Padre Juan Pablo II
7 de mayo de 1997
( 2ª PARTE )

Durante la última cena, "el discípulo a quien Jesús amaba" escuchó el mandamiento del Maestro: "Que os améis los unos a los otros como yo os he amado" (Jn 15, 12) y, recostando su cabeza en el pecho del Señor, recibió de él un signo singular de amor. Esas experiencias lo prepararon para percibir mejor en las palabras de Jesús la invitación a acoger a la mujer que le fue dada como madre y a amarla como él con afecto filial.
Ojalá que todos descubran en las palabras de Jesús: "He ahí a tu madre", la invitación a aceptar a María como madre, respondiendo como verdaderos hijos a su amor materno.



( VENERACIÓN A SANTA MARÍA DEL ESPÍRITU SANTO )

"He ahí a tu madre"
Catequesis mariana
Santo Padre Juan Pablo II
7 de mayo de 1997
( 3ª PARTE )

A la luz de esta consigna al discípulo amado, se puede comprender el sentido auténtico del culto mariano en la comunidad eclesial, pues ese culto sitúa a los cristianos en la relación filial de Jesús con su Madre, permitiéndoles crecer en la intimidad con ambos.
El culto que la Iglesia rinde a la Virgen no es sólo fruto de una iniciativa espontánea de los creyentes ante el valor excepcional de su persona y la importancia de su papel en la obra de la salvación; se funda en la voluntad de Cristo.
Las palabras: "He ahí a tu madre" expresan la intención de Jesús de suscitar en sus discípulos una actitud de amor y confianza en María, impulsándolos a reconocer en ella a su madre, la madre de todo creyente.




( UNO DE SUS MENSAJES PARA TODA LA HUMANIDAD )

"He ahí a tu madre"
Catequesis mariana
Santo Padre Juan Pablo II
7 de mayo de 1997
( 4ª PARTE )

En la escuela de la Virgen, los discípulos aprenden, como Juan, a conocer profundamente al Señor y a entablar una íntima y perseverante relación de amor con él. Descubren, además, la alegría de confiar en el amor materno de María, viviendo como hijos afectuosos y dóciles.
La historia de la piedad cristiana enseña que María es el camino que lleva a Cristo y que la devoción filial dirigida a ella no quita nada a la intimidad con Jesús; por el contrario, la acrecienta y la lleva a altísimos niveles de perfección.
Los innumerables santuarios marianos esparcidos por el mundo testimonian las maravillas que realiza la gracia por intercesión de María, Madre del Señor y Madre nuestra.





( NO IMPORTÓ EN ABSOLUTO EL VIENTO FRÍO DEL ATARDECER )

"He ahí a tu madre"
Catequesis mariana
Santo Padre Juan Pablo II
7 de mayo de 1997
( 5ª PARTE )

Al recurrir a ella, atraídos por su ternura, también los hombres y las mujeres de nuestro tiempo encuentran a Jesús, Salvador y Señor de su vida.
Sobre todo los pobres, probados en lo más íntimo, en los afectos y en los bienes, encontrando refugio y paz en la Madre de Dios, descubren que la verdadera riqueza consiste para todos en la gracia de la conversión y del seguimiento de Cristo.
3. El texto evangélico, siguiendo el original griego, prosigue: "Y desde aquella hora el discípulo la acogió entre sus bienes" (Jn 19, 27), subrayando así la adhesión pronta y generosa de Juan a las palabras de Jesús, e informándonos sobre la actitud que mantuvo durante toda su vida como fiel custodio e hijo dócil de la Virgen.



( JESÚS EUCARISTÍA VIVO, GLORIOSO Y REDENTOR, PRESENTE ENTRE NOSOTROS )

"He ahí a tu madre"
Catequesis mariana
Santo Padre Juan Pablo II
7 de mayo de 1997

( 6ª PARTE )

La hora de la acogida es la del cumplimiento de la obra de salvación. Precisamente en ese contexto, comienza la maternidad espiritual de María y la primera manifestación del nuevo vínculo entre ella y los discípulos del Señor.
Juan acogió a María "entre sus bienes". Esta expresión, más bien genérica, pone de manifiesto su iniciativa, llena de respeto y amor, no sólo de acoger a María en su casa, sino sobre todo de vivir la vida espiritual en comunión con Ella.

( VIDEO TESTIMONIO CON SONIDO )


En efecto, la expresión griega, traducida al pie de la letra "entre sus bienes", no se refiere a los bienes materiales, dado que Juan -como observa san Agustín (In Ioan. Evang. tract., 119, 3)- "no poseía nada propio", sino a los bienes espirituales o dones recibidos de Cristo: la gracia (Jn 1, 16), la Palabra (Jn 12, 48; 17, 8), el Espíritu (Jn 7, 39; 14, 17), la Eucaristía (Jn 6, 32-58)... Entre estos dones, que recibió por el hecho de ser amado por Jesús, el discípulo acoge a María como madre, entablando con ella una profunda comunión de vida (cf. Redemptoris Mater, 45, nota 130).
Ojalá que todo cristiano, a ejemplo del discípulo amado, "acoja a María en su casa" y le deje espacio en su vida diaria, reconociendo su misión providencial en el camino de la salvación.
"He ahí a tu madre"
Catequesis mariana
Santo Padre Juan Pablo II
7 de mayo de 1997

02 agosto 2011

DOMINGO 7 DE AGOSTO: SANTA MARÍA DEL ESPÍRITU SANTO NOS ESPERA, PRESENTES EN LA PLAZA O CON EL CORAZÓN.

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DOMINGO 7 DE AGOSTO: SANTA MARÍA DEL ESPÍRITU SANTO NOS ESPERA, PRESENTES EN LA PLAZA O CON EL CORAZÓN.

El Señor, con su infinito Amor, nos envía a su Madre y Nuestra Madre para regocijarnos, entregarle nuestras penas y alegrías, corregir el rumbo y hacernos cada día más Iglesia. Iglesia cotidiana, Iglesia contenedora, Iglesia que adora y se alimenta de Jesús Eucaristía: vivo y presente hasta el fin de los tiempos.

El domingo 7 de agosto, estaremos en tu Plaza para esperarte con los corazones abiertos. Y quienes no puedan ir, estén donde estén recibirán iguales Gracias, si disponen el corazón en Oración a la Madre.