04 agosto 2010

Sábado 7 de Agosto, todos junto a Santa María del Espíritu Santo!

Estamos viviendo un tiempo de gracia que Dios nos concede, tiempo de misericordia que hay que aprovecharlo para volver a Dios, y si ya estamos en el buen camino, entonces es tiempo de profundizar más en la fe y en la conversión. Porque uno nunca está completamente convertido, sino que siempre puede avanzar un poco más por el camino de perfección.

San Pablo escribe que «allí donde abundó el pecado sobreabundó la gracia». Cristo decía a los apóstoles: «Tened confianza, Yo he vencido al mundo» (Juan 16,33). Pero también preguntaba: «El Hijo del hombre, cuando venga, ¿encontrará aún fe sobre la tierra?» (Lucas 18,8).
Cristo se entregó a María como hijo, y al entregarse como hijo a Ella para que fuese su Madre, quiso que fuese la nuestra para que nosotros, como El, nos entregásemos a Ella.
Esta es una maternidad real, y para que la ejerciera Dios concedió a María todo. Por eso es mediadora de todas las gracias, omnipotencia suplicante. Cristo nos ha hecho hijos adoptivos del Padre e hijos adoptivos de su Madre.
El alma cristiana goza en decir a Dios Padre y en decirle a María Madre. Hijos de Dios, niños de Dios, hijos de María, niños de María.
Es por esa maternidad santa que María nos llama de todas las maneras posibles, es por esa maternidad santa que desde 1999 María viene a Lanús para congregar a sus hijos bajo Su amparo, y llevarnos hacia la plenitud eterna que es la Gloria de Dios. Esta Madre paciente, generosa, humilde, y sabia, nunca descansará hasta que sus niños estemos reunidos en Su Inmaculado Corazón. Por eso cada día 7 viene a abrazarnos, a recoger nuestras oraciones y elevarnos hasta Su hijo, que con ansias nos espera para derramar sobre nosotros Su Amor y misericordia, transformando nuestras vidas.
Por eso Ella estará también este sábado 7 de agosto en el Lugar de Encuentro con Dios. Es una cita que todos tenemos con nuestra Madre, la Madre de Dios, la Reina de todo lo creado, quien nos estará esperando.
Dejemos que esta Madre de conversión de las almas habite en nuestros corazones, haciendo todo lo que a través del amor se puede lograr. Convoquemos a la familia y amigos, para que se cumpla también en ellos las palabras del apóstol y que abunde en ellos la gracia. Y así, cuando venga nuestro Señor, encuentre fe sobre la tierra.
Esta peregrinación puede señalar el camino del cielo para muchos. Con él cumplimos con el mandamiento principal de la Ley: “Amarás al Señor Dios tuyo con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente”… y a tu prójimo como a ti mismo.
Dios merece ser amado por ser nuestro Sumo Bien, y con este acto de amor damos a Dios lo más importante que tenemos, nuestras almas y corazón.
La Virgen en todos sus mensajes nos llama a la conversión urgente, porque Ella sabe que de ello depende nuestra salvación eterna.
No dejemos pasar más tiempo y comencemos a vivir en serio la vida cristiana, porque no sabemos de cuánto tiempo disponemos para volver a Dios o perfeccionarnos en la virtud.
Las oraciones, y la Misa que se realizarán en este santo lugar, contará con la mejor compañía que podamos tener en nuestras vidas: la de María y Jesús.

No se olviden: sábado 7 de agosto, en la Plaza Auyero de Lanús Este, calle Arias y Salta.
¡Todo un día para María y Jesús, toda una vida transformada!

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