21 mayo 2010

DOMINGO 22 DE MAYO: PENTECOSTÉS.

( Fotografía obtenida en la Plaza de las Apariciones, abril de 2.009 )
”El pueblo latinoamericano sabe todo esto. La Iglesia es consciente de que ‘lo que importa es evangelizar no de una manera decorativa, como un barniz superficial’ (EN 20). Esa Iglesia, que con nueva lucidez y decisión quiere evangelizar en lo hondo, en la raíz, en la cultura del pueblo, se vuelve a María para que el Evangelio se haga más carne, más corazón de América Latina. Ésta es la hora de María, tiempo de un nuevo Pentecostés que ella preside con su oración, cuando, bajo el influjo del Espíritu Santo, inicia la Iglesia un nuevo tramo en su peregrinar. Que María sea en este camino ‘estrella de la Evangelización siempre renovada’” (Documento de Puebla, 303).

Lectura de los Hechos de los apóstoles.
(Hech 2, 1-11)

Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De pronto, vino del cielo un ruido, semejante a una fuerte ráfaga de viento, que resonó en toda la casa donde se encontraban. Entonces vieron aparecer unas lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según el Espíritu les permitía expresarse. Había en Jerusalén judíos piadosos, venidos de todas las naciones del mundo. Al oírse este ruido, se congregó la multitud y se llenó de asombro, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. Con gran admiración y estupor decían: “¿Acaso estos hombres que hablan no son todos galileos? ¿Cómo es que cada uno de nosotros los oye en su propia lengua? Partos, medos y elamitas, los que habitamos en la Mesopotamia o en la misma Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia Menor, en Frigia y Panfilia, en Egipto, en la Libia Cirenaica, los peregrinos de Roma, judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos los oímos proclamar en nuestras lenguas las maravillas de Dios”.
Palabra de Dios.

EL ESPÍRITU SANTO IMPULSÓ, GOBIERNA Y RENUEVA DÍA A DÍA TODA LA IGLESIA, TODOS NUESTROS CORAZONES Y ACCIONES DIARIAS OFRECIDAS A DIOS.

NO PONGAMOS UN “PARAGUAS”, DEJEMOS QUE SU FUEGO LLENE DE CALOR NUESTRO INTERIOR, QUE SU AIRE TIBIO NOS SANE Y RECUPEREMOS LA VIDA QUE SE NOS HA DADO. COMO EN UN CUENTO DE NIÑOS, EN EL QUE LOS DIBUJOS ESTÁTICOS, FRÍOS, PERO POTENCIALMENTE BELLOS, COBRAN VIDA.

“Había una vez unos dibujos que vivían inmóviles en las páginas de un cuaderno viejo.Uno era un tigre, con sus franjas de colores, otro era una pequeña hormiga colorada, de esas que pican fuerte, y por último se encontraba Rita, una nena de unos diez años.Los tres estaban fijos, en medio de un jardín zoológico, también dibujado, pero quieto.Rita, con sus ojos grandes, miraba al tigre, mientras la hormiguita estaba sobre uno de los pies de Rita.Por años y años esta imagen permaneció congelada, siempre igual, y los dibujos estaban ya cansados y aburridos.A veces, el tigre soñaba con que se movía, retornaba a la selva y corría junto a otros animales en libertad.Rita, por otra parte, sentía interés por mirar otras cosas, pero sus ojos no podían apartarse del tigre; y la hormiguita estaba cansada de estar a punto de picar a Rita durante tantos años y no poder hacerlo.Un día, llegó al lugar un hombre que se dedicaba a realizar películas infantiles y se puso a hojear el viejo cuaderno. Al encontrarse con los dibujos, se sorprendió de lo bien hechos que estaban, de lo simpáticos que eran y de las posibilidades de vida que parecían tener a pesar de su quietud.Entonces decidió darles animación y convirtió a los personajes de nuestra historia en “dibujos animados”.Y fue como si les hubiera dado un corazón.Ahora podían hacer mas cosas, podían vivir otras historias y alegrar con ellas a muchos niños de distintos puntos del planeta. Así es como nuestros amigos se sintieron llenos de vida y pudieron hacer realidad sus sueños”.

(”Los dibujos que soñaban con ser animados”, Caminantes- Catequesis 5 EGB – edb)

Por intercesión de María, Virgen nuestra de Lanús,envía al Espíritu Santo

Divino Padre Eterno, en nombre de Jesucristo
y por la intercesión de la Siempre Virgen María;
envía a mi corazón al Espíritu Santo.

Espíritu Santo, Dios de infinita caridad, dame Tu Santo Amor.
Espíritu Santo, Dios de las virtudes;
conviérteme.
Espíritu Santo, Fuente de luces celestes;
disipa mi ignorancia.

Espíritu Santo, Dios de infinita pureza;
santifica mi alma.

Espíritu Santo, que habitas en mi alma,
transfórmala y hazla toda tuya.

Espíritu Santo, Amor sustancial del Padre y del Hijo,
permanece siempre en mi corazón.
¡ FELIZ PENTECOSTÉS !

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