18 enero 2010

Dones y Frutos del Espíritu Santo

           La teoría de los frutos del Espíritu Santo y aquella de los pecados contra el Espíritu Santo, implican lo que los teólogos llaman apropiación. Se entiende por este término lo que es atribuido especialmente a las perfecciones de una Persona Divina y las obras exteriores que nos parecen más claramente e inmediatamente conectadas a El, cuando consideramos Sus características personales pero que en realidad son comunes a las Tres Personas. Es en este sentido que atribuimos al Padre, la perfección de omnipotencia con sus más impactantes manifestaciones, por ejemplo, la Creación; Al Hijo atribuimos la sabiduría y las obras de sabiduría, porque El procede del Padre por el Intelecto; al Espíritu Santo atribuimos las operaciones de gracia y santificación de las almas y en particular, dones y frutos, porque El procede del Padre y del Hijo como Su amor mutuo y es llamado en las Sagradas Escrituras, la bondad y caridad de Dios.


         Los dones del Espíritu Santo son de dos tipos: los primeros son especialmente encaminados a la santificación de la persona que los recibe; los segundos, son llamados más propiamente charismata, son favores extraordinarios otorgados para ayudar a otros, favores también, los cuales no santifican por sí mismos, e incluso pueden estar separados de la gracia santificante. Aquellos del primer tipo son considerados 7 en número, como los enumeraba Isaías (xi,2,3) donde el profeta los ve y describe en el Mesías. Estos son:

EL DON DE SABIDURÍA: le proporciona al hombre una especie de connaturalidad con las cosas de Dios, haciéndole saborear, con deleite inefable, "las cosas de arriba, no las de la tierra" (Col 3,1-2), dándole un sentido de eternidad que le hace ver todas las cosas a través de Dios, como por instinto sobrenatural y divino.

EL DON DE ENTENDIMIENTO: proporciona al alma fiel una penetración profundísima en los grandes misterios de la fe: la inhabitación trinitaria, el misterio redentor, nuestra incorporación a Cristo, el valor infinito de la misa, etc., haciéndoselos vivir con gran intensidad y perfección.

EL DON DE CIENCIA: le enseña a juzgar rectamente de las cosas creadas, viendo en ellas una huella o vestigio de Dios, que pregona su hermosura y bondad inefables. Con él veía San Francisco de Asís al hermano lobo, la hermana flor, la hermana fuente. Es la "ciencia de los santos", que será siempre una locura ante la increíble estulticia del mundo (cf. 1 Cor 3,19).

EL DON DE CONSEJO: marca la orientación que debemos seguir en cada caso para entrar en los designios eternos de Dios sobre nosotros. Son corazonadas, golpes de vista intuitivos, cuyo acierto y oportunidad se encargan más tarde de descubrir los acontecimientos.

EL DON DE PIEDAD: tiene por objeto excitar en la voluntad, por inspiración del Espíritu Santo, un afecto filial hacia Dios, considerado como Padre amorosísimo, y un sentimiento de fraternidad universal para con todos los hombres en cuanto hermanos nuestros e hijos del mismo Padre, que está en los cielos. Nos hace sentir también una ternura especial hacia la Virgen María, Madre de la Iglesia y dulcísima Madre nuestra.

EL DON DE FORTALEZA: brilla en la frente de los mártires y en la práctica callada y heroica de las virtudes de la vida cristiana ordinaria, que constituyen el "heroísmo de lo pequeño", con frecuencia más difícil y penoso que el de las cosas grandes.

EL DON DE TEMOR: en fin, llena el alma de respeto reverencial ante la majestad infinita de Dios, dejándola dispuesta a morir mil veces antes que ofenderla por el pecado.

         En cuanto a la naturaleza interna de estos dones, los teólogos los consideran sobrenaturales y cualidades permanentes, los cuales nos hacen atentos a la voz de Dios, la cual nos hace susceptibles a las obras de gracia actual, la cual nos hace amar las cosas de Dios, y, consecuentemente, se traduce en más obediencia y docilidad a las inspiraciones del Espíritu Santo.


        ¿Pero, cómo difieren de las virtudes? Algunos escritores piensan que realmente no se distinguen, que ellos son virtudes en tanto los primeros son dones gratuitos de Dios y están esencialmente identificados con la gracia, caridad y las virtudes. Esa opinión tiene el particular mérito de evitar una multiplicación de entidades infusas dentro del alma. Otros escritores ven los dones como perfecciones de un orden superior al de las virtudes; las últimas, dicen, nos disponen a seguir el impulso y guía de la razón, los primeros están funcionalmente encaminados a volver la voluntad obediente y dócil a las inspiraciones del Espíritu Santo.

         Los dones del segundo tipo o carismata, son conocidos por nosotros parcialmente por San Pablo y parcialmente de la Historia de la Iglesia primitiva, en el seno de la cual Dios las concedió plenamente. De estas "manifestaciones del Espíritu", "todas estas cosas [que] uno y el mismo Espíritu obró, separando a cada uno según su voluntad", los Apóstoles nos hablan, particularmente en I. Cor., xii, 6-11; I Cor., xii, 28-31; y Romanos xii, 6-8. En el primero de estos tres pasajes encontramos 9 carismatas mencionadas; el don de hablar con sabiduría, el don de hablar con conocimiento, fe y gracia de sanar, el don de milagros, el don de profecía, el don de discernir espíritus, el don de lenguas. A esta lista, debemos agregar, por lo menos, como se encuentra en los otros dos pasajes indicados, el don de gobierno, el don de ayuda y tal vez lo que Pablo llama distributio y misericordia. Sin embargo, no todos los exegetas concuerdan en el número de carismatas, o la naturaleza de cada una de ellas; tiempo atrás, San Crisóstomo y San Agustín habían señalado la oscuridad del tema. Adhiriendo a la visión más probable sobre el tema, debemos inmediatamente clasificar la carismata y explicar el significado de la mayoría de ellas como sigue. Ellas forman cuatro grupos naturales:

· Dos carismatas, que dicen relación a la enseñanza de las cosas Divinas: sermo sapientiae, sermo scientiae, la primera relativa a la exposición de los misterios superiores, la última al cuerpo de las verdades Cristianas.

· Tres carismatas que dicen, apoyan estas enseñanzas: fides, gratia sanitatum, operatio virtutem. La fe de la que aquí se habla es la fe en el sentido usado por Mateo xvii, 19: la que obra maravillas; así es, como era, una condición y parte de los dos dones mencionados con ella.

· Cuatro carismatas que sirven para edificar, exhortar y fomentar la fe y para desconcertar a los no creyentes: prophetia, discreto spirituum, genera linguarum, interpretatio sermonum. Estas cuatro al parecer, caen lógicamente dentro de dos grupos; de profecía, la cual esencialmente es el pronunciamiento inspirado sobre distintos temas religiosos, la declaración del futuro solo de importancia secundaria, que encuentra su complemento y, como fuera, se verifica en el don de espíritu de discernimiento; y que, como regla, podría ser el uso de lossololia - el don de hablar en lenguas - si el don de interpretarlas fuera querido?

· Finalmente la carismata restante parece tener por objeto la administración de asuntos temporales, ánimo a obras de caridad: gubernationes, opitulationes, distributiones. Juzgando por el contexto, estos dones, aunque son conferidos y útiles en la dirección y confort del prójimo, no necesariamente se encuentran en todos los superiores eclesiásticos.

         Siendo la carismata un favor extraordinario y no es requisito para la santificación del individuo, no fueron otorgados indiscriminadamente sobre todos los Cristianos. Sin embargo, en la Era Apostólica, eran comparativamente comunes, especialmente en las comunidades de Jerusalén, Roma y Corintios.

FRUTOS DEL ESPIRITU SANTO

          San Pablo en (Gal., v, 22,23) dice: " En cambio, el fruto del Espíritu Santo es caridad, alegría, paz, paciencia, benignidad comprensión de los demás, generosidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, continencia y castidad". Más aún, no hay dudas que esta lista de doce - tres de las doce son omitidas en varios manuscritos Griegos y Latinos - no son para tomarse en un sentido estrictamente limitado, sino, de acuerdo a las reglas del lenguaje Escritural, como capaces de ser extendidos para incluir todos los actos de carácter similar. Es por eso que el Doctor Angélico dice: "Todo acto virtuoso que el hombre realiza con placer es un fruto". Los frutos del Espíritu Santo no son hábitos, cualidades permanentes, sino actos. Por lo tanto, no pueden ser confundidos las virtudes y los dones, de los cuales se distinguen como el efecto es a su causa, o del arroyo con su fuente. La caridad, paciencia, mansedumbre, etc., de las cuales hablan los Apóstoles en este pasaje, no son las virtudes mismas, si no sus actos u operaciones; porque, no obstante lo perfecta que las virtudes sean, no pueden ser consideradas como los mas importantes efectos de la gracia, siendo en sí mismas destinadas, en tanto ellas son principios activos, para producir otra cosa distinta. Ej. Sus actos. Aún más, para que el nombre metafórico de frutos de estos actos se justifique totalmente, deben pertenecer a aquella clase (de actos) que son desempeñados con facilidad y placer; en otras palabras, la dificultad involucrada en desempeñarlos debe desaparecer en presencia del deleite y satisfacción que resulta del bien logrado.

EL 7 DE ABRIL DE 2009, en la plaza que Santa María del Espíritu Santo (Virgen de Lanús) llamó Lugar de Encuentro con Dios, tomé la foto que muestro más abajo, a las 19:00 hs., con una cámara digital Olympus, en posición adaptada a fotos nocturnas, sin zoom ni ningún aditamiento más.
En la zona de las imágenes de la Virgen y Jesús se vivía un clima muy emotivo y vivificador.



¡¡DE LA ERMITA DE SANTA MARÍA DEL ESPÍRITU SANTO BROTAN NADA MÁS Y NADA MENOS QUE 7 RAYOS DE LUZ, FORMADOS ALGUNOS POR OTROS PEQUEÑOS RAYOS, Y TODOS FINALIZAN FORMANDO UNA CRUZ!! RECORDEMOS QUE 7 SON LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO, Y QUE NUESTRA MADRE SE PRESENTA EN LANÚS CON EL AVE QUE LO REPRESENTA EN SU CORAZÓN.

EL JOVEN QUE APOYA UNA ESTAMPA EN EL VIDRIO, RECIBE UNA MATERIALIZACIÓN DE LA GRACIA PEDIDA SOBRE SU HOMBRO. A SU IZQUIERDA, FLOTANDO EN EL AIRE, SE DIBUJA UNA IMAGEN DE LA VIRGEN.

SI CAPTURAN LA FOTO Y LA AMPLÍAN VERÁN CÍRCULOS, COMO MONEDAS FLOTANDO EN AIRE, TAL COMO HA OCURRIDO EN OTRAS FOTOS.

LA IMAGEN NO ESTÁ "MOVIDA" YA QUE EN LA PARTE INFERIOR, LOS CUERPOS DE LAS PERSONAS ESTÁN PERFECTAMENTE VISIBLES.

"CADA DÍA 7 DERRAMARÉ UNA LLUVIA DE GRACIAS", DIJO MARÍA EL 7 DE NOVIEMBRE DE 2008.

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