El 7 de marzo de 2009, cielo estaba tan oscuro que en un momento dado pensé que hasta iban a caer piedras, pero todos nos mantuvimos unidos en el rezo, y en el amor a Nuestra Madre del Cielo.
Seamos antorchas de María, contemos a todos nuestros amigos, familiares y amigos lo que vivimos allí e invitémoslos a que vivan lo mismo que nosotros. Invitemos a todos a conocer Su historia y sus mensajes.
Los testimonios son muy importantes, por eso yo les doy humildemente el mío, a través de imágenes.
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