21 enero 2010

Virgen de Lanús -Testimonio del 7/Ago/2009

Siempre los signos de Dios son como el envoltorio brillante de un gran regalo. Si nunca dejamos de ser conscientes que lo importante es su contenido, lo que viene después, podremos seguir disfrutándolos.

En lo siguientes videos verán cómo el sol, oculto durante toda la tarde, salió exactamente para acompañar a la Madre en su presencia espiritual, cada día 7, en la Plaza de las apariciones.
Verán, también, un testimonio ocurrido con una rosa dedicada a la Virgen, que perduró un mes en la planta y tres semanas en un pequeño vaso con agua.
No podemos transmitir, más que desde nuestras palabras, la profunda fragancia a rosas que muchos sentimos en este lugar... Y no alcanzarían las palabras de la lengua castellana, para escribir en este blog las conversiones y milagros de Fe que ocurren por mediación de Santa María del Espíritu Santo.
Podemos compartir con Ustedes el envoltorio. El regalo está en el corazón de cada uno de nosotros.




Sí, a veces es muy difícil encontrar las palabras justas para describir lo que nuestra Madre genera cada día 7 en Lanús, en todos los que nos acercamos a la plaza a la que Ella denominó “Lugar de Encuentro con Dios”.

Tratando de hacer una especie de cuadro descriptivo de la situación, podemos decir que cada día 7 somos testigo de las conversiones y transformaciones que la Virgen realiza en nuestros corazones, en las que se podrían sacar dos fotografías claramente diferenciadas de dos momentos distintos: una, al llegar a la plaza, en la que todos estamos frente a Ella en una búsqueda de respuestas, de amor, de soluciones a nuestras necesidades de toda índole y grado de emergencia, pues recurrimos a nuestra Mamá dispuestos a tomarnos de Su mano y, sin darnos cuenta, dispuestos a marcar un antes y un después de estas tardes en las que Ella nos recibe con su dulce e infinito amor, con el que nos transporta sencillamente al centro de Su Inmaculado corazón. Ella nunca duda en recibirnos para guiarnos y conducirnos hacia Su Hijo, nuestro Señor, quien también en estas tardes se encarga de tomarnos en Sus brazos para transformarnos. En esta foto estamos ofreciendo nuestro corazón y nuestras vidas para hacer la voluntad de Dios, a través del rezo del Santo Rosario.
En la otra foto, posterior al rezo, los rostros y sentimientos cambian significativamente, pues tenemos los corazones abiertos y plenos del Amor que nuestra Madre, junto a Su Hijo y el Espíritu Santo nos dan, y todo lo que antes y ahora vivimos comienza a tomar un nuevo sentido, un nuevo camino. Porque a partir de allí somos completamente conscientes de la compañía permanente de Dios, de Su amor, del por qué de nuestra existencia y vivencias, del camino por el que comenzaremos a andar. Los rostros cambian, y dan la sensación de responder a ese Amor recibido hasta en las fibras más íntimas que nos conforman, entonces sentimos la libertad y felicidad plena que nos da nuestro buen Dios, y todo se transforma en agradecimiento que sólo podemos expresar con lágrimas. ¡Es que todos salimos de la plaza con ganas de hacer un gran abrazo con todos nuestros hermanos! ¡Y queremos contar, gritando a los cuatro vientos, el amor que Dios tiene para nosotros!
Es así cómo el Espíritu Santo inspira muchos corazones para “llevar la palabra vivificadora a todos nuestros hermanos”, como dice parte de la oración a Santa María del Espíritu Santo, comenzando a transformar esa oración en vida, hasta que logremos transformar nuestras vidas en una oración.
Madre Santa, ruega por nosotros, Madre de Dios y Madre nuestra. Cubre con tu manto a todos los que te buscan, a todos los que te engrandecen cada día 7 y llena sus corazones con tu Amor infinito. Otórganos la gracia de convertir nuestros corazones y llevar la palabra y luz de nuestro Señor Jesucristo por el mundo entero, intercede para que el Espíritu Santo lleve a todas las almas hacia la santidad, y podamos hacer de nuestras vidas la voluntad de Dios. Amén

Gracias Madre por tanto amor!

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